Me recibe el propietario, Kiko Grado Villa, quien me ofrece la carta
y me facilita... adivinen el que... La clave del Wifiiiiiii !!!
jejeje Como dicen por ahi, ahora llegamos a una casa y lo primero que
preguntamos no es “Como estas?”, sino la “Me das la clave del
Wifi?”.
Ordeno unos tacos de pollo que el sonriente Kiko prepara con alma de
chef y mientras tanto contacto con Homar Salinas para concretar una
cita. Una hora despues, cuando ya dudo de que me responda, pues es
domingo y llevo tres o cuatro dias sin cobertura wifi, desconectada
de este mundo e incapaz de informar de mi dia de llegada, recibo un
mensaje de Homar preguntando por mi ubicacion. Entre taco y taco
intento escribirle todos los detalles. Kiko se aproxima para
preguntar si todo va bien. Es un hombre de muy buen talante.
Desprende una energia tan positiva que no me importaria adoptarlo
como mascota. Me gusta este lugar. Es tranquilo, muy limpio, decorado
con gusto, envuelto en un aurea magica, y... tiene Wifi !!!
Kiko es descendiente de la etnia Cochimí
y promueve una asociacion para
recuperar sus valores culturales, en particular la lengua cochimi –
laymon, ya extinta. Un ejemplo de hombre comprometido con su
comunidad y con la perviviencia de la tradicion cultural. Tambien es
un gran defensor de la Igualdad de Genero y encuentro en el un gran
apoyo y un amigo especial. Los apoyos emocionales son imprescindibles
en un viaje en solitario, sobre todo despues de pasar por paises como
Estado Unidos donde la indiferencia, el individualismo extremo y la
paranoia son el denominador comun en una sociedad donde,
paradojicamente, deberia fomentarse la convivencia, la hospitalidad y
la tolerancia como valores predominantes debido a su caracter
multicultural y migratorio.
Que gran ironia que, habiendo tenido como vecinos a los mexicanos
300 anos, no hayan aprendido nada de ellos y, como consecuencia de su
hermetismo despues del 11S, el gran gigante este condenado a la
decadencia social. Mi teoria es que los norteamericanos acabaran
algun dia matandose unos a otros, si no cambian.
Casualidades de la vida, Kiko y Homar son primos hermanos !.
Decidimos que me alojare en el Motel La Espinita de Kiko, en una de
las entranables habitaciones que ha decorado con exquisito gusto dona
Guadalupe Grado Villa, hermana de mi anfitrion. Cuando cierro la
puerta me deshago de mis hediondas licras, empanadas en una capa de
polvo que vale su peso en oro, ya que la zona que acabo de transitar
es la Reserva de la Biosfera del Vizcaino, una de las areas
protegidas mas grandes del mundo.
Me introduzco en la ducha, por fin a salvo del viento y del polvo que
me han secado por dentro y por fuera y me han marchitado el alma. El
agua caliente resbala por mi piel acariciandola suavemente con
ternura de madre a hija. Cierro los ojos y experimento el placer del
delirio, el vapor del agua que llena mis pulmones de extasis. Pero
suena la puerta, y el momento en el cielo termina de subito. “Diez
minutos por favor”. Corro y me visto lo mas rapido que puedo, tarea
sencilla cuando solo se viaja con tres camisetas y dos pantalones
cortos. La unica t-shirt limpia y decente es la que evoca el atuendo
de Superman y me da un poco de verguenza acudir a la puerta vestida
como un superheroe, porque el gesto podria confundir aun mas a las
personas que piensan que estoy loca por llevar a cabo un viaje de
esta indole. Mi camiseta de Superman es para estar con los amigos o
para pedalear con sentido del humor, no para citas relacionadas con
este proyecto de Iguldad. El hombre que me ha venido a ver es mi
contacto en Guerrero Negro, Homar Salinas, la persona que me ayudara
a difundir mi mensaje en este pueblo al sur del paralelo 28. Ni se
inmuta al ver mi camiseta cuando lo recibo, lo cual me alivia
ligeramente. Nos sentamos en el porche a planificar los dias que
estare en la ciudad costera. En total, una conferencia, una marcha en
bicicleta para reivindicar dos objetivos: la Igualdad de Genero y un
carril de bicicletas para Guerrero Negro.
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