Cuando me voy aproximando al centro de Kombolcha noto un
ruido proveniente de la transmisión; de súbito Roberta pierde su tracción y los
pedales giran sin control, señal de que he perdido la cadena. Mierda! Agotada
por la jornada y sin fuerzas para reparaciones en medio de la urbe retrocedo
como puedo en busca de la cadena. No estoy sola porque en segundos una veintena
de ciudadanos de Kombolcha se ha percatado de la situación y me acompaña en un
todo grupal en la marcha atrás que ejerzo con las piernas. Gracias a Dios la
cadena no esta muy lejos y puedo recuperarla. Bueno, la recuperan ellos por mi
y se encargan de envolverla en un papel y en un plástico después de intercambiar palabras encrespados en amhárico sobre el mejor modo de proceder ante tal
situación de emergencia donde una YU precisa de su auxilio. No tengo fuerzas e intento controlar
la situación sonriendo hasta quebrarme los labios resecos y dando las gracias
al mismo tiempo que profiero afectada:" GUYS: YOU REALLY DONT HAVE ANY IDEA ABOUT THE
VALUE OF ETHIOPIAN PEOPLE KINDNESS...I NEVER SAW SOMETHING LIKE THIS IN ALL MY
LIFE, JESUSCHRIST!! No se cual de las dos sentencias es la responsable
pero de inmediato sus expresiones se ablandan y observo que algunos se emocionan, señal patriotismo exacerbado. Me empujan entre todos hasta una pendiente descendente que culmina en el centro del pueblo y me
despido entre la gritería mientras impulso a Roberta con sendas piernas en el suelo
como los bebes en sus bicis primerizas.
Después de cuatro días de asedio
callejero encuentro en el Kombolcha Wine Hotel un pequeño "paradiso
perdutu", pese a su cutrez, donde descansar un día el cuerpo y la mente. La
habitación tiene también baño y, aunque inhóspito e inútil por partes, es de
agradecer en mi nuevo mundo de hostales de camioneros con letrinas y duchas
pestilentes compartidas. El cuarto cuenta con una ventana que da a un huerto
selvático caótico y tranquilo que se me antoja el lugar mas romántico del mundo, ideal
para deleitarme tocando la guitarra y escribiendo. La mosquitera tiene mas
agujeros que un queso grullere pero soluciono el infortunio rellenando la tela
con bolitas de papel higiénico. Sobre la cama pongo mi mantita de viaje polar y
mi saco de dormir para que mi cuerpo no roce las sabanas con aroma a estadio de
futbol y posibles pulgas.
Estoy inspirada y le echo el guante a mi nueva
compañera de viaje, mi guitarra tamaño infantil, y abro la ventana para aspirar
profundamente el vapor de la selva en época de lluvias. Me siento en el rellano y comienzo a entonar "Con los años que me quedan" de Gloria Esteban en
tono alto y sentido, entre truenos lejanos de lluvias próximas, purificando con
notas diáfanas el aire cargado de incienso de Weldeya para la ceremonia del
café. Cantar canciones latinas en solitario después de cuatro días de pedaleo
y acoso sin tregua libera mis tensiones. "Seeeee que auuunnn... Me
queda una oportunidaaaaad...Seee que aun no es tardeeeee para recapacitaaaar..." .
Cuando he perdido la noción del tiempo y del espacio y mas extasiada estoy en
la melodía melancólica alguien aporrea la puerta de mi dormitorio.
Turbada por
el corte de rollo total pienso en la probabilidad de que se trate de algún
vecino histérico por el repentino y ofensivo ruido. Pero abro la puerta y
aparece en el rellano la figura del mánager que me ha recibido cordialmente
horas antes. Preparada para lo peor dibujo una gran sonrisa en mi rostro porque
siempre es muy eficaz en Etiopía. "Hola One World, ya se lo que me vas a
decir....no te preocupes que guardo la guitarra ahora mismo". En
Etiopía todos los nombres de personas poseen un sinificado abstracto: "suerte" (Edeläña), "el
mejor" (Merete), "nuevo"(Ädise), "defensa" (Mesége)... Asi pues, algunos etíopes conscientes de la dificultad
del amhárico para el hombre blanco, se refieren a ellos mismos con la traducción
de su nombre en ingles. "One World" me explica durante mi bienvenida
que sus padres decidieron ponerle ese nombre porque era hijo único. Yo creo que
esta visión tan humana y romántica de concebir a un hijo dice mucho del pueblo
etíope. En occidente nos limitamos a copiar literalmente los nombres de nuestros
hijos sin preocuparnos demasiado por su significado intrínseco. Al menos en la
España peninsular la gente se llama Juan, Jose, Luis, Santiago... la mayoria nombres bíblicos adoptados mayoritariamente por su apariencia formal o
fonética, pero muy pocas veces porque entedamos su autentica semantica. En
Canarias, por otro lado, hay una mayoria que se inclina por nombres que atienden a
razones patrioticas. Así,
Guayarmina, Bentejui, Doramas, etc. son nombres de principes guanches que tuvieron un papel trascendental en la defensa del Archipiélago de los españoles en la Conquista cuyo significado desconocemos.
"No, no, no...no deje usted de cantar, madam, por favor,
es que venia a pedirle que me dejara verla cantar porque canta usted como en la
televisión de los blancos" - "One World, me estas tomando el puto
pelo, Verdad?. Si canto como
las gallinas..." - No Madam, no haría eso jamás, asomese a la ventana y compruebelo usted misma. Hago ademán de dejar pasar a aquel joven
bajito y sanguíneo con ojos enormes negros y un halo de paz perpetuo y coloco
la guitarra sobre la cama de matrimonio. Me asomo a la ventana
inclinándome hacia el exterior todo lo que puedo para ver mas allá de la
terraza que me roba ángulo de visión y veo a un grupo de trabajadores del establecimiento, congregado en el
huerto y mirando hacia mi ventana, que se deshace a carcajadas al ver mi cara
de pocker.
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