lunes, 13 de julio de 2015

2 - 5 de Julio. Tortillas Venenosas. ESTADO DE MEXICO.

Hoy no se me ha pinchado la rueda. Esto hay que celebrarlo !. Sin embargo un mosquito disfruta de una bacanal de sangre en mi brazo a mi costa. Mi extremidad superior reacciona alergicamente contra el virulento veneno del mosquito poderoso y la roncha crece por horas hasta adoptar el tamano del culo de una botella de cerveza. El picor es inaguantable y es directamente proporcional al calor. Intento no pensar en el dolor, pero el calor de hoy me lo pone dificil y me paso todo el viaje rascando desesperadamente la zona. 

La mejor opcion para dormir hoy, despues de 80 kilometros desde Huaniqueo de Morales, es un pueblo conocido como Zinapecuaro. Salgo de la autopista y me dirijo al municipio, que se encuentra a 8 kms, relativamente cerca si tenemos en cuenta que la mayoria de las poblaciones saludan muy de lejos la autopista de cobro en este pais. Generalmente, se encuentran a mas de 20 kms.


Pero a un kilometro de la salida de la autopista, un cartel indica que hay un hotel en las proximidades con "balneario". Me imagino metida en un pozo natural de aguas calidas y humeantes con mi Susan, con ropa y todo. Mi imaginacion activa mis piernas y me salgo de la carretera para volar por una descendente via estrecha de curvas y vegetacion frondosa que conduce al enorme Lago Cuitzeo, el segundo mas largo de Mexico. 

Los carteles indicativos me llevan a un complejo de apartamentos, entre los manglares y humedales de la laguna, con piscinas y toboganes que resisten los atropellos y alaridos de una chiquillada enloquecida. Me cuesta sudores trepar con Susan por un camino que se eleva entre un bosque para llegar alli. Pregunto el precio. Carisimo tratandose de Mexico continental: 480 pesos la noche (unos 28 Euros). El "balneario" es una piscina con toboganes para los ninos. En Europa un balneario es otra cosa. En fin.  Los apartamentos son pintorescos bungalows de buen acabado y parecen muy limpios. Pero el lugar no vale el precio, y aunque lo valiera, no me lo puedo permitir. Tampoco hay wifi. Asi que... carretera y manta otra vez.  

Me dirijo a un poblado llamado Araro y alli encuentro mi remanso de paz, de excelente calidad y a buen precio porque llego a un acuerdo con la propietaria: Hotel Wezfalia.  Con wifi funcionando de verdad! Decido quedarme dos noches antes de pedalear hacia la capital. Asi podre skypear, mensajear, escribir y poner en orden mi atolondrada vida de nomada sin prisas. Me lo merezco !

Menos mal que me he quedado descansando en este sosegado enclave porque al dia siguiente mi cuerpo se llena erupciones y sufro dolor de estomago e intestinos. De nuevo me he intoxicado. Debe haber sido alguna de las "tostadas de pata de res o de queso" que compre anoche en un puesto proximo. Una tostada es un platillo tipico mexicano sobre la base de una tortilla de maiz crujiente. En definitiva, es como un  sandwich en Europa, pero sin pan. 


Ya no se cuantas veces me he intoxicado en este pais. Normalmente tengo mucho cuidado y no compro nada en puestos ambulantes; procuro elegir establecimientos fijos, porque suelen tener licencia sanitaria, que ademas presenten un aspecto limpio y cuidado. Pero a veces, todas las precauciones son pocas. En consecuencia, me voy de vientre y me rasco como un perro sarnoso durante tres noches. Al festival de urticaria se suma la gran alergia por picadura de mosquito en la parte posterior de mi brazo. Vaya fiesta... 


El domingo las erupciones no desaparecen pero mejoro muchisimo y prosigo mi viaje hacia Mexico DF. Cuando tengo todo preparado para abandonar la habitacion advierto que la rueda trasera esta pinchada. Jajaja. Soy muy estricta con los horarios, en mi nueva vida de ciclista, y me irrita salir mas tarde de la hora que me propongo cada dia. Organizo mi horario de pedaleo en funcion de la climatologia y la distancia. 

Consulto el tiempo que va a haber en el app Met Office Weather, si habra viento y que direccion tomara (si me dirijo hacia el sur y el viento entra de SW, mal rollo...), temperatura (para saber cuanta agua llevar, ya que no venden en la autopista) si llovera y a que hora (aqui las lluvias son apocalipticas debido a que estamos en la epoca y no son ninguna broma).

Ademas, que pendientes habra (Google Maps ofrece graficas de relieve exhaustivas en el modo "ciclista" en algunos paises, pero no en Mexico, asi que las calculo activando el modo "relieve" o "terrain" (en la app para Android) y consultando las alturas en metros). Hoy no llovera hasta las 16.00 horas, tendre una ligera brisa en contra del SW, lo cual no es significativo, hare unos 88,5 kilometros hasta una poblacion llamada Venta de Bravo, dispondre de todo el arcen de la autopista para mi sola, y subire una pendiente considerable durante unos veinte kilometros. No hay constancia en internet de algun motel en el barrio, asi que, una vez mas, tendre que buscarme la vida. Lo cual implica llegar sin fatiga para buscar alojamiento. 

Pedaleo por bosques de encinas casi todo el camino. Siete horas despues estoy en Venta de Bravo, a menos de un kilometro ded la autopista, un autentico lujo en Mexico, donde las poblaciones distan demasiado de la via de peaje y se asientan sobre todo sobre la carretera gratis, aqui conocida como "Libre". 


El pequeno pueblo es tremendamente pobre y dudo que encuentre hospedaje en este lugar. Un estadio de beisbol es el eje geografico y social del lugar y, en torno a el, los habitantes resuelven sus vidas entre caballos con bellas monturas tradicionales, aguardando a sus duenos convertidos momentaneamente en pitcher, catcher, primera base y segunda base en medio del cesped bien atendido. Susan tambien trota, pero de lo mal que estan las calles que un dia fueron "empedradas" y hoy son una "orgia" de piedras sin ton ni son. 


En consecuencia, los soportes metalicos provisionales que unen el "rack" deltantero al chasis de la bicicleta se parten y los panniers comienzan a golpear los radios de la rueda. Busco desesperadamente un hotel y encuentro un restaurante con la palabra "Hotel" mal pintada en la fachada. Dudo de la calidad del establecimiento porque lo juzgo por su descuidado aspecto exterior. Pero detras de sus muros me espera una sorpreda. Las habitaciones son de estilo rustico y acogedoras y estan recien reformadas. Limpias y amplias.  Da gusto estar ahi por solo 250 pesos. Aunque no haya wifi. 


La empleada me trae la cena a la habitacion.  Barbacoa de borrego con ensalada y tortillas: es lo unico que tienen hoy domingo porque han celebrado una fiesta en el restaurante. El hambre y la fatiga me pueden y lo siento por la cria de oveja, pero la comida esta de vicio y caigo redonda en la cama "king size" hasta el dia siguiente. 

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