domingo, 9 de agosto de 2015

6 de Agosto. Cambio de planes.

Me despido de Marika con mucha pena y pongo rumbo a Cancun. Ella ha tomado direccion a Guatemala, pasando por San Cristobal de Las Casas. Pedaleo ligera y con energia, pero la pena me invade. Por un lado, me separo de una gran amiga y companera de aventuras para embarcarme en otro periplo solitario y duro. El camino es muy triste cuando una no lo comparte. La belleza no se disfruta ni un 50% cuando no es compartida. La vida sin un amigo o alguien que te acompane en el camino es un autentico calvario. 

Es verdad que hay muchos aspectos positivos en este viaje, inolvidables, que no hubiera vivido de no haber viajado sola, pero despues de una ano y medio, se me hace cuesta arriba pedalear sin compania, separarme a cada dos por tres de los amigos que hago por el camino para embarcarme de nuevo en el abismo del desamparo. 

A 55 kms de Palenque visualizo mi proximo destino, Chable, donde descansare para recorrer al dia siguiente unos 110 kms hasta Mamantel. Desde ahi me espera un arduo, caliente y extremamente solitario camino hasta Mahahual, donde he contactado con un complejo turistico a orillas del mar que me dara alojamiento durante 10 dias a cambio de 30 horas de trabajo semanales. 

Cada vez que llego a un destino mi cerebro me visualiza en una o en otra escena. Por ejemplo, esta vez, me visualizo registrandome en un motel cutre donde pasare la noche sintiendo el peso de la soledad en mi pecho. Me aterroriza la idea, pero como siempre, llegare a acostumbrarme. En ese momento me acuerdo que he olvidado mi pasaporte y el resto de documentacion, tarjetas de debito y algo de dinero debajo del colchon de la cama del hostal donde nos hemos alojado en Palenque. De subito, me da un vuelco el corazon. Este tipo de cosas deprimen a cualquier ciclista despues de tantos kilometros. 

Son aproximadamente las once de la manana y empieza a hacer un calor infernal en la selva de Chiapas. Mi cerebro ha procesado que mi cuerpo ha llegado a su destino y que en breve dejara de sufrir. Es dificil mentalizarse entonces de que el dia no ha acabado. No solo no ha terminado sino que he de recorrer de nuevo la misma distancia inutilmente de regreso para recuperar mi documentacion y con ella mi vida. Vaya fastidio!


Pedaleo de nuevo hacia Palenque, abatida fisica y psicologicamente. Por el camino pienso que en la vida no existen las casualidades. Creo en el destino. Creo que todo ocurre por alguna razon. Pienso en el significado de todo esto. Por que la vida me ha hecho retornar a la Ciudad Perdida Maya? Nunca olvido nada atrás; soy muy organizada y no dejo cabos sueltos. Por que esta vez si? Se trata de una senal del camino que debo interpretar? Una llamada de atencion del Altisimo? Es este el lenguaje del Universo mas alla de las palabras que menciona Coelho en El Alquimista?  Tengo la sensacion de que me estoy equivocando, de que mi camino debe proseguir en sentido contrario: no hacia Yucatan sino hacia Centroamerica.

Seguire este consejo divino, esta senal del destino. Ya encontrare la manera de alcanzar a Marika, que ahora mismo debe estar a mitad de camino entre Palenque y Ocosingo a juzgar por su rapidez y fuerza. Pedaleo como alma que lleva el diablo por aquellas selvas humectantes a orillas del rio Umancita, recupero extenuada mis documentos en el hostal Yaxkin y me meto en un transporte publico colectivo para alcanza a Marika que debe estar partiendose la espalda en aquel viacrucis de 200 kilometros cuestisima arriba hasta San Cristobal de las Casas, atravesando montanas y espectaculares reservas de la biosfera.  

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