
No tienen mas de diecisiete anos y estan dispuestos a clavarme como un becerro si no atiendo a sus demandas. El cabecilla esta tan nervioso que me atrevo a decirle en tono maternal “que te calmes hombre, que al fin y al cabo no es para tanto, que te doy el dinero y ya esta, pero que te va a dar algo, pero que pena que ustedes ensucien el nombre de un pais tan hermoso.... que vamos a ver... no podriamos dejarlo aquí y ustedes me dejan en paz y yo me voy y aquí no ha pasado nada” porque es verdad que le va a dar una angina de pecho al hombre y me va a clavar mas por los nervios que por necesidad imperiosa, y que me van a dejar en bragas como se lleven mi telefono y los dolares que me quedan...
Pero el metal puntiagudo y herrumbroso me aprieta la barriga y tambien la espalda porque el otro individuo bajito, moreno y poca cosa me controla por detras y dejo de tentar a la suerte y el cabecillla de pelo rapado y rubio, que suda a chorros del ataque de ansiedad, empieza a tocarme los bolsillos del maillot en busca del movil y cuando lo descubre se apodera de el como la iguana engullendo una mosca atrapada en su lengua de rosca, y luego me dice atropelladamente que le de los auriculares tambien, venga los auriculares rapido, y yo me quedo fascinada con la miserable demanda de ratero de poca monta y pienso para que coño quieres mis auriculares de mierda si te puedes llevar la bicicleta pedazo de cretino si quieres con ese machete que mide lo mismo que tu pierna de estudiante fallido de ladron.

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