lunes, 28 de julio de 2014

17 de Julio. 'Paradiso Perdutu'.

Cuando me voy aproximando al centro de Kombolcha noto un ruido proveniente de la transmisión; de súbito Roberta pierde su tracción y los pedales giran sin control, señal de que he perdido la cadena. Mierda! Agotada por la jornada y sin fuerzas para reparaciones en medio de la urbe retrocedo como puedo en busca de la cadena. No estoy sola porque en segundos una veintena de ciudadanos de Kombolcha se ha percatado de la situación y me acompaña en un todo grupal en la marcha atrás que ejerzo con las piernas. Gracias a Dios la cadena no esta muy lejos y puedo recuperarla. Bueno, la recuperan ellos por mi y se encargan de envolverla en un papel y en un plástico después de intercambiar palabras encrespados en amhárico sobre el mejor modo de proceder ante tal situación de emergencia donde una YU precisa de su auxilio.  No tengo fuerzas e intento controlar la situación sonriendo hasta quebrarme los labios resecos y dando las gracias al mismo tiempo que profiero afectada:" GUYS: YOU REALLY DONT HAVE ANY IDEA ABOUT THE VALUE OF ETHIOPIAN PEOPLE KINDNESS...I NEVER SAW SOMETHING LIKE THIS IN ALL MY LIFE, JESUSCHRIST!! No se cual de las dos sentencias es la responsable pero de inmediato sus expresiones se ablandan y observo que algunos se emocionan, señal patriotismo exacerbado.  Me empujan entre todos hasta una pendiente descendente que culmina en el centro del pueblo y me despido entre la gritería mientras impulso a Roberta con sendas  piernas en el suelo como los bebes en sus bicis primerizas. 

Después de cuatro días de asedio callejero encuentro en el Kombolcha Wine Hotel un pequeño "paradiso perdutu", pese a su cutrez, donde descansar un día el cuerpo y la mente. La habitación tiene también baño y, aunque inhóspito e inútil por partes, es de agradecer en mi nuevo mundo de hostales de camioneros con letrinas y duchas pestilentes compartidas. El cuarto cuenta con una ventana que da a un huerto selvático caótico y tranquilo que se me antoja el lugar mas romántico del mundo, ideal para deleitarme tocando la guitarra y escribiendo. La mosquitera tiene mas agujeros que un queso grullere pero soluciono el infortunio rellenando la tela con bolitas de papel higiénico. Sobre la cama pongo mi mantita de viaje polar y mi saco de dormir para que mi cuerpo no roce las sabanas con aroma a estadio de futbol y posibles pulgas. 

Estoy inspirada y le echo el guante a mi nueva compañera de viaje, mi guitarra tamaño infantil, y abro la ventana para aspirar profundamente el vapor de la selva en época de lluvias. Me siento en el rellano y comienzo a entonar "Con los años que me quedan" de Gloria Esteban en tono alto y sentido, entre truenos lejanos de lluvias próximas, purificando con notas diáfanas el aire cargado de incienso de Weldeya para la ceremonia del café. Cantar canciones latinas en solitario después de cuatro días de pedaleo y acoso sin tregua libera mis  tensiones. "Seeeee que auuunnn... Me queda una oportunidaaaaad...Seee que aun no es tardeeeee para recapacitaaaar..." . Cuando he perdido la noción del tiempo y del espacio y mas extasiada estoy en la melodía melancólica alguien aporrea la puerta de mi dormitorio. 

Turbada por el corte de rollo total pienso en la probabilidad de que se trate de algún vecino histérico por el repentino y ofensivo ruido. Pero abro la puerta y aparece en el rellano la figura del mánager que me ha recibido cordialmente horas antes. Preparada para lo peor dibujo una gran sonrisa en mi rostro porque siempre es muy eficaz en Etiopía. "Hola One World, ya se lo que me vas a decir....no te preocupes que guardo la guitarra ahora mismo".  En Etiopía todos los nombres de personas poseen un sinificado abstracto: "suerte" (Edeläña), "el mejor" (Merete), "nuevo"(Ädise), "defensa" (Mesége)... Asi pues, algunos etíopes conscientes de la dificultad del amhárico para el hombre blanco, se refieren a ellos mismos con la traducción de su nombre en ingles. "One World" me explica durante mi bienvenida que sus padres decidieron ponerle ese nombre porque era hijo único. Yo creo que esta visión tan humana y romántica de concebir a un hijo dice mucho del pueblo etíope. En occidente nos limitamos a copiar literalmente los nombres de nuestros hijos sin preocuparnos demasiado por su significado intrínseco. Al menos en la España peninsular la gente se llama  Juan, Jose, Luis, Santiago... la mayoria nombres bíblicos adoptados mayoritariamente por su apariencia formal o fonética, pero muy pocas veces porque entedamos su autentica semantica. En Canarias, por otro lado, hay una mayoria que se inclina por nombres que atienden a razones patrioticas. Así, Guayarmina,  Bentejui, Doramas, etc. son nombres de principes guanches que tuvieron un papel trascendental en la defensa del Archipiélago de los españoles en la Conquista cuyo significado desconocemos. 


"No, no, no...no deje usted de cantar, madam, por favor, es que venia a pedirle que me dejara verla cantar porque canta usted como en la televisión de los blancos" - "One World, me estas tomando el puto pelo, Verdad?. Si canto como las gallinas..." - No Madam, no haría eso jamás, asomese a la ventana y compruebelo usted misma.  Hago ademán de dejar pasar a aquel joven bajito y sanguíneo con ojos enormes negros y un halo de paz perpetuo y coloco la guitarra sobre la cama de matrimonio. Me asomo a la ventana inclinándome  hacia el exterior todo lo que puedo para ver mas allá de la terraza que me roba ángulo de visión y veo a un grupo de trabajadores del establecimiento, congregado en el huerto y mirando hacia mi ventana, que se deshace a  carcajadas al ver mi cara de  pocker.

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