viernes, 1 de agosto de 2014

01 AGOSTO - AGOBIO EN BOMBAY. INDIA.

  En el suelo de Bombay no queda un metro cuadrado libre. Tampoco en el aire. He salido de las virgenes montanas de Etiopia para tropezarme con cumulos de gente, imperios de cemento, millares de automoviles, enjambres de motocicletas apurando  cada espacio libre, estrechas calles, humanos que tratan de abrirse paso en el caos de ruido, ricos descendientes del Imperio  Mogol que goberno la antigua India, mendigos de todas las edades desfilando con ropas de zombie entre el lujo y la parranda callejera, vacas ajenas al bullicio campando a sus anchas en autovias ante la indiferencia de los conductores, la plantillla de Bollywood transitando por las centricas avenidas esquivando miradas furtivas... 

El sonido del claxon es incesante. Cada conductor lo acciona hasta para espantar una mosca en el parabrisas. No hay orden, normas o agente que regule el trafico y todo el mundo hace lo que le da la gana al volante en un insistente   gesto por no ceder el paso y adelantarse a los demas medios de transporte. Las unicas respetadas en la calzada son las santas vacas.  Nadie discute su absurda localizacion en medio de la circulacion y todos se empenan en evitarlas con un rodeo o, como no, con el claxon, accesorio obligatorio en cualquier medio de transporte y destinado a prevenir accidentes, en nuestra cultura occidental, pero por estos lares extension del propio ego que intenta hacerse notar en unas calles donde no cabe un alfiler sin resultado. Concluyo que cuando hace falta realmente la bocina nadie repara en la llamada de atencion y los accidentes al volante proliferan como un plaga.

Me agobia Bombay y me quiero ir de una vez. No conozco a nadie y me siento sola. Tampoco estoy motivada para comenzar la ruta por Asia. En Addis Abeba encontre mi zona de seguridad emocional durante una semana y aun no me sentia preparada para abandonarla. Me apetece seguir compartiendo buenos momentos con Nadine, mi benefactora en la  capital etiope con quien he hecho muy buenas migas durante mi paso por el Cuerno de Africa. Ademas el dolor de muela me  mata y no se que hacer. No quiero acudir  a cualquier dentista y prefiero esperar una recomendacion. El hostal de mochileros donde me alojo es  caro , inhospito y sucio y la vida me pesa cada dia mas. Por las noches no duermo bien debido a la griteria que se mezcla con los impacientes claxones.  Echo mucho de menos a Nadine y a Marley, su perrito... Tambien Roberta necesita una puesta a punto y no encuentro  un establecimiento apropiado en Google. Se me van los dias sin solucionar nada y me muero de soledad y de tristeza.

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