viernes, 23 de octubre de 2015

18 _ 20 Octubre. Pura Vida.

Abandonamos Bahia Salinas por una carretera angosta y de arcenes practicamente inexistentes. El perenne goteo de trailers me arrebata la posibilidad de abandonarme al delirio de un pedaleo ligero y fresco por carreteras sin excesivas pendientes que atraviesan vergeles tropicales. La manana es fresca porque pedaleamos en un area de la provincia de Guanacaste que descansa orillas del Pacifico Norte, en una zona elevada y el cielo se presenta nublado, gracias a Dios. La humedad relativa del aire ronda los 85% y no dejo de sudar como un cochino. Me encuentro muy fuerte y pedaleo rapido. El clima ayuda. 

Encontramos un gatito que no debe tener ni veinte dias. Anda perdido en un bosque junto a la carretera. Buscamos a su familia sin éxito. Me da mucha pena y no soy capaz de abandonarlo a su suerte. Lo bautizamos Pura Vida y me lo meto en el bolsillo trasero del maillot para buscarle una familia adoptiva. Inquieto en mi regazo maulla desesperado reclamando a su mama. 

Atravesamos zonas de pasto con rumiantes abanicandose con la cola y selvas bajas de gran biodiversidad y habitantes misteriosos. Filodendros, hibiscos rosas, cambrays, malinches, pulasanes, buganvillas... Cientos de mariposas del guayacan nos rodean mientras Pura Vida grita de calor. Buen presagio. 

No te preocupes Pura Vida que hoy encontramos una familia para ti. Pura Vida se acurruca entre mi hombro y brazo derecho, apretandose contra mi corazon, pero no puede dormirse pese a su agotamiento de cria abandonado a su suerte.

Me lame el dedo con su lengua rasposa entre mordisquitos de reclamo de teta que chupar. Con el otro brazo sostengo con dificultad el manillar de Susan Sarandon procurando mantener el equilibrio, tarea nada facil dado el peso de las alforjas delanteras. Pura Vida chilla y llora, se cansa de mi sudor, del sol que nos golpea sin piedad, del viento contra su escasa pelumbre de bebe. Aguanta mi amor, solo nos quedan cuatro kms hasta Cañas Dulces, lugar donde nuestra primera miembro de¨Warm Showers¨en Costa Rica, Anais Chevarria, nos espera sin saber que portamos a una cria de gato abandonada a su suerte y con tan escasas posibilidades de sobrevivir,  que digo yo mas vale ahorrarle la agonia a la camada y matarla por asfixia para que no sufra que sacudirse la mala conciencia espolvoreando el bosque con mininos sentenciados a una muerte lenta como quien le echa azucar glas al queque recien horneado.  

Pura Vida esta tan limpia que cualquiera diria que la abandonaron hace media hora y tuvo la gran suerte de que nos pararamos a beber y escucharamos sus grititos de angustia y desconsuelo. Le encontramos una mama, la hermana de Anais, la mujer que nos hospeda amablemente en su casa en medio de la selva de Cañas Dulces, en Liberia, y que regenta un Bed and Breakfast.

Quieren conocer el Caribe tico? Pregunta Anais por la noche. Por supuesto carajo! Espeto yo. Una oportunidad asi no te la brinda la vida todos los dias. Da igual romper con el espiritu de la ruta, que consiste en ir pedaleando hasta para mear. Me importa un pepino. Nos vamos en coche con Anais al Caribe dentro de dos dias, aunque ya estemos retrasadisimas en nuestro viaje y el cambio de planes nos aleje muchisimo de nuestra meta inmediata, Ciudad de Panama. 

Habiamos renunciado a conocer el Caribe centroamericano porque se aleja demasiado de la Panamericana, pero ahora en nuestra oportunidad de disfrutar de sus playas de aguas tranquilas y turquesas flanqueadas por misteriosas junglas inhospitas que desembocan en el agua.

Viajamos como locas en el viejo Jeep de Anais con rumbo a Limon. Anais conduce como una autentica profesional sorteando trailers y vehiculos de toda clase, baches, lagunas y lluvias tan torrenciales que es imposible atisbar una sola figura a traves de la luna delantera. Pero a la pizpireta profesora de ingles no parece importarle y pisa el acelerador. Nuestros cuerpos se deshacen en las curvas y rebotan como flanes la mayor parte del viaje. Pasamos por San Jose de Costa Rica, ciudad que me sorprende por su modernidad, desarrollo y limpieza y diez horas despues llegamos exhaustas a Limon, a punto de morir de inanicion, deshidratadas, con el cuerpo pasado por el pasapure y un aturdimiento en el cerebro propio de cualquier estado post traumatico por causa de accidente. No quiero volver a viajar en un coche en lo que me queda de vida. Desgraciadamente hay que regresar el domingo a Canas Dulces por el mismo camino. Espero que el viaje valga la pena.  

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