lunes, 19 de octubre de 2015

Viernes 16 de Octubre. Costa Ricaaaaaaaaaaa... !!!


Foto: Marika Latsone
Encontramos un chollo en Rivas llamado Hostal Lasser por 12$US, con propietario amable y simpatico incluido, y caemos redondas sobre la cama despues de unos 80 km desde Masaya.


Cruzamos por fin la frontera con Costa Rica el viernes por la manana, deseando encontrar un pais mas amable y hospitalario que Nicaragua, donde el hombre se sepa comportar con las mujeres en la calle, porque el acoso sexual y la falta de respeto hacia las feminas en la via publica en este pais son una constante. 


Foto: Marika Latsone
Cruzar la frontera es como todo en este pais, un autentico dolor de cabeza. La informacion en el puesto fronterizo de Penas Blancas brilla por su ausencia y los espontaneos anonimos acosandote y ofreciendo todo tipo de informacion erronea abundan como los gurumelos en diciembre. Nunca habia tardado tanto en salir de un pais, y mira que he visitado ya 20, la mayoria del tercer mundo. He llegado a la conclusion de que la burocracia se invento en Nicaragua.


Primero nos hacen pasar por una sombrilla con cuatro guardias que no son muy amables, lo cual no me sorprende nada, que inspeccionan los pasaportes y nos dicen que nos podemos ir. Nos extrana que no nos sellen los pasaportes pero viniendo de Nicaragua es de esperar. Pasamos a una segunda sombrilla con mas guardias, con mejor cara, que nos preguntan “que por que no hemos sellado el pasaporte”. Marika y yo nos miramos perplejas.
Foto: Marika Latsone

Nos envian a un edificio que descansa entre las dos sombrillas, sin ningun tipo de senalizacion exterior, especialmente disenado para que el turista pierda los nervios intentando encontrar la puerta de acceso para los que abandonan el dichoso pais. Cuando parece que hemos encontrado la puerta nos asaltan unos hombres de aspecto dudoso con unas credenciales, tambien dudosas, colgadas al cuello. Comienzan a darnos indicaciones de lo que debemos hacer y donde dejar las bicis y por supuesto hago caso omiso de lo que me dicen y les digo que se aparten.
Foto: Marika Latsone 


En la puerta de inmigracion hay una caseta, tambien sin senalizacion, con una senora que cobra una tasa de un dólar americano a todos los turistas a beeficio del Ayuntamiento de Rivas. 

Como la caseta carece de nomenclatura, es facil saltarse este paso, que en mi opinion no debe ser obligatorio, y para eso estan los hombres acosadores con una credencial colgando del cuello. No dejan de acosar al turista desde que llega para que pase por caja. 


Foto: Marika Latsone
El turista no sabe de que va el rollo y tampoco se niega a pagar porque es un dólar y no quiere problemas. Me tomo la libertad de agarrar una de estas credenciales del cuello de uno de estos impertinentes y leo: “Sindicato de Trabajadores”. Le pregunto: “Que tienes tu que ver con Inmigracion o con el Ayuntamiento y para que demonios llevas esta credencial colgada al cuello si no es para enganar a la gente?”. Por supuesto, el hombre no sabe que contestar y se aleja unos metros. Entramos en la oficina de inmigracion y pagamos 1,64 dolares mas de “Despacho” por abandonar el pais y nos sellan los pasaportes. Nadie nos pide el recibo de la tasa que acabamos de pagarle por la cara al Ayuntamiento de Rivas.

Otra vez a pasar por la sombrilla de los oficiales que vuelven a inspeccionar los pasaportes y por fin cruzamos la linea que separa ambos paises. El corazon me da un vuelco cuando un oficial costarricence nos planta la tinta en el pasaporte. Rayos y centellas! Este es el pais numero 20 que visito en 19,09 meses!!!


Pedaleamos unos 17 kms cuesta arriba por vergeles de ensueno. La riqueza ambiental es directamente proporcional a la simpatia de la gente. Flores tropicales salpican el entorno en un caleidoscopio de colores que gritan bajo una leve llovizna. Nos sentimos muy cansadas porque hemos perdido el ritmo al habernos demorado tanto en la frontera y algunas pendientes son muy pronunciadas hasta la Cruz.



Llegamos a este paradisiaco enclave colgado en las montanas, decimo canton de la provincia de Guanacaste, a eso de las cinco de la tarde. Buscamos algo que se ajuste a nuestro bolsillo pero todo es carisimo. Sabiamos que Costa Rica iba a ser caro, pero no imaginabamos que los precios fueran tan descabellados. Nos duele una vez mas el bolsillo. A partir de ahora no podremos permitirnos ni los hostales. Habra que pensar en una estrategia para sobrevivir en este increible pais, donde entras y ya te apetece quedarte para siempre.  

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