miércoles, 19 de agosto de 2015

18 Agosto. No mas celulitis...

Me levanto por la manana debil pero motivada para continuar pedaleando por aquel infierno de subidas hacia el cielo. Hoy he amanecido desde las cuatro y media de la manana con los primeros fuegos artificiales en honor a las fiestas patronales de Santa Cruz del Quiche.

Las cuatro y media dela manana de un martes y el estruendo ya es notorio. A las cinco de la manana comienza la cumbia yla bachata a sonar en la calle con tantos decibelios que retumban los cristales de la ventana. Miro el reloj dos veces por si me he equivocado. Si... efectivamente son las cinco de la manana. Compruebotambien la hora en el movil por si acaso. Demonios.... son las malditas cinco de la manana y esta gente ya esta bailando reggeton a sorbos de café.

Recogemos el “campamento para refugiados”, que es a lo que se parece el cuarto del hotel, pues las tiendas de campana y los colchones se nos habian empapado la noche anterior, acampando bajo las estrellas del altiplano, y habiamos montado lineas de tender la ropa por toda la habitacion con tiendas, calcetines, colchones y sacos de dormir, aireandose con la suave fragancia de polvora quemada y los vapores de la barbacoa de chorizo y salchicha  procedente de la calle.

En Santa Cruz del Quiche se celebran las fiestas patronales en honor a Santa Elena de la Cruz y las calles principales estan cortadas al trafico. Por ella desfilan impertinentes tuc-tucs, jinetes a caballo,hombres portando gallinas, cerdos, patos y cualquier animal susceptible de ser vendido, mujeres vendiendo coloridos bordados y otras artesanias, ninos sucios y descuidados correteando por doquier, ninos sucios de la mano de sus madres a las que les cuelgan otros bebes, ninos limpios de la mano de sus papas... la gran mayoria va embutida en la vestimenta tradicional guatemalteca, una de la mas atractivas de America Central.

Una procesion de gente cruza la via mayor portando la imagen de Santa Elena, entre la marabunta que se agolpa en las aceras para no perder detalle del culto, al son del estampido de rastras de petardos a flor de suelo, que hacen las delicias de todos los presentes excepto de nosotras, que caminanos espantadas por tanto ruido con las bicis en la mano, intentando escapar de aquel galimatias.

Conseguimos huir por una callejuela secundaria, dando esquinazo a un cerdo que bebe de un charco.  Una hora despues transitamos por una amable carretera, entre pinos, encinos y bosque subtropical que abraza la Interamericana hasta Los Encuentros.

Hemos decidido tomar esta direccion porque la carretera esta en mejor estado y el trayecto es menos duro pese al empinadisimo tramo desde Chichicastenango a Cuatro Caminos, según los habitantes del lugar, quienes tambien nos han asegurado que desde Cuatro Caminos a Ciudad de Guatemala el “autopista” tiene arcenes y a penas cuenta con cuestas. El mencionado “empinadisimo tramo” en una autentica pared que tardamos siglos en escalar con nuestras bicis cargadas hasta los topes. Estoy tan debil que casi no puedo empujar a Susan Sarandon por aquellas infernales montanas de paisajes sobrecogedores.

La pobre Marika tiene que esperarme continuamente. Los transeuntes nos observan boquiabiertos como quien descubre un fenomeno paranormal. No estan muy acostumbrados a los turistas y menos a dos mujeres subiendo por aquellos miticos cerros en bicicleta. Las sonoras carcajadas son frecuentes y a media manana es evidente que Marika y yo nos hemos convertido en el “hazmereir” de toda aquella gente pauperrima descendiente de los mayas,  que sobrevive como puede colgada en las montanas, entre pinares y campos de maiz.

El trafico es muy fluido y los pintorescos y carnavalescos autobuses publicos no nos dejan “disfrutar” del camino, si es que se puede disfrutar de algo en estas condiciones. Conducen como locos dejando tal rastro de humo negro a su paso que debemos parar continuamente para toser asfixiadas por las condiciones del trayecto, la altura a 2600 metros y el sobrenatural esfuerzo que estamos realizando.  Me recuerdan, por su aspecto y agresividad, a los autobuses hindues bailando
salsa en la autopista india, importandoles una autentica mierda la vida de los pasajeros propios o ajenos.

A las cinco y media de la tarde alcanzamos a ver desde lo alto de una montana la aldea Los Encuentros, peterteneciente al  municipio del Departamento de Solola, uno de los 338 municipios de la republica de Guatemala, y al  que pertenece el popular Lago de Atitlan. El lugar carece de encanto alguno, a excepcion de las solemnes montanas de pinares que lo rodean, y la pobreza y el subdesarrollo son la nota dominante.

Mi corazon esta a punto de estallar debido al esfuerzo y le pido a Marika que por favor busquemos un HCC (hotel centrico barato) para ir a comer a algun PACB (puesto ambulante cutre y barato) y nos vayamos de una maldita vez a descansar porque estoy a punto de entrar en coma, por el esfuerzo sobrehumano realizado, y por el horroroso espectaculo urbanistico que se extiende a nuestros pies.

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