Nos superamos y conseguimos estar pedaleando a las siete de la
manana (ayer lo hicimos a las siete y media), aunque nuestro objetivo
es poner las ruedas en el asfalto con las primeras horas de luz del
dia que suelen caer a las cinco y media en estas latitudes. Lo
lograremos? Es dificil adoptar una disciplina diaria y muy facil
perderla como por arte de magia cuando uno se detiene en el tiempo y
en el espacio para ejercer una actividad completamente diferente.
La gente se muestra amable pero reservada y yo diria que
desconfiada en las ciudades centroamericanas.
En el medio rural los habitantes son mas campechanos y risuenos. Por
eso preferimos pedalear en el campo y evitar en la medida de lo
posible las ciudades. Tambien porque las urbes del tercer mundo son
un caos y muy pocas ofrecen algo interesante. El campo, por el
contrario, nos regala el olor de los anacardos al amanecer, o la
fragancia de los pinos en las alturas, humeantes
volcanes en el letargo silencioso de la tarde y junglas ruidosas
cuyos habitantes interpretan composiciones
sueltas en un concierto sin igual.
Se me parte el alma viendola asi; tan abatida y
exanime, carente de alma y propensa al sueno a todas horas. A veces
se le llenan los ojos de lagrimas mientras mantiene la mirada perdida
en el horizonte. No se que pensara pero se me hace un nudo en la
garganta. La molesto cada hora tomandole la temperatura, recostandola
para que ingiera electrolitos, intentando animarla, mintiendole
piadosamente acerca del tiempo que estara asi, porque se que seran
diez dias o mas, no dos, o tres, o cuatro, o una semana... y despues
podria haber secuelas que duren un mes o dos... o un ano, como los
dolores en el cuerpo... pero ella no lo sabe... la mantengo en una
burbuja de informacion para que el camino de espinas sea mas
llevadero...
Pedaleamos cuarenta kilometros hasta Santiago de los
Caballeros de Leon con trafico abundante y enormes arcenes. El calor
no es excesivo y el corto trayecto lo completamos en un santiamen. A
las diez y media de la manana entramos en la ciudad colonial, sede
intelectual de la nacion, al oeste del pais. De camino al hostal
pasamos la Catedral de la Asuncion de la Bienaventurada Virgen Maria,
espectacular construccion barroca colonial en reformas, y entramos en el barrio
colonial centrico donde se ubica nuestro hostal.
A la manana siguiente Marika no se encuentra bien y
ya no se levantara hasta tres dias mas tarde porque le ataca la
fiebre de Chikungunya, un virus parecido al dengue que se transmite
por medio de un mosquito infectado. Los efectos son devastadores y
hasta hoy la pobrecita no puede hacer vida normal. Los primeros dias
la fiebre no le bajaba de los cuarenta grados y casi deliraba. La
envolvia en toallas mojadas para bajarle la fiebre y se retorcia de
dolor en las articulaciones y la zona lumbar de la espalda.
Hoy ya se levanta y camina pero no dura demasiado y
tiene que acostarse con frecuencia a causa de su debilidad. Ayer he
conseguido que comiera algo tras varios dias sin poder probar
alimento, porque la Chikingunya te ataca tambien el estomago y te
usurpa el apetito. Los dolores de cabeza son demoledores y cuando le
entran me parece que los sufro tambien yo.
Ayer me la traje a la playa para que contemple el mar
cuando esta despierta y respire su brisa dormida. El mar siempre ha
tenido propiedades curativas y estoy segura que aqui, en la playa de
Las Penitas, en la costa del Pacifico nicaraguense, Marika Latsone volvera a
ser el crack de siempre en breve.
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