jueves, 8 de octubre de 2015

3 de Octubre. Fiebre Chikungunya.

Nos superamos y conseguimos estar pedaleando a las siete de la manana (ayer lo hicimos a las siete y media), aunque nuestro objetivo es poner las ruedas en el asfalto con las primeras horas de luz del dia que suelen caer a las cinco y media en estas latitudes. Lo lograremos? Es dificil adoptar una disciplina diaria y muy facil perderla como por arte de magia cuando uno se detiene en el tiempo y en el espacio para ejercer una actividad completamente diferente.



La gente se muestra amable pero reservada y yo diria que desconfiada en las ciudades centroamericanas. En el medio rural los habitantes son mas campechanos y risuenos. Por eso preferimos pedalear en el campo y evitar en la medida de lo posible las ciudades. Tambien porque las urbes del tercer mundo son un caos y muy pocas ofrecen algo interesante. El campo, por el contrario, nos regala el olor de los anacardos al amanecer, o la fragancia de los pinos en las alturas, humeantes volcanes en el letargo silencioso de la tarde y junglas ruidosas cuyos habitantes interpretan composiciones sueltas en un concierto sin igual.

Pedaleamos cuarenta kilometros hasta Santiago de los Caballeros de Leon con trafico abundante y enormes arcenes. El calor no es excesivo y el corto trayecto lo completamos en un santiamen. A las diez y media de la manana entramos en la ciudad colonial, sede intelectual de la nacion, al oeste del pais. De camino al hostal pasamos la Catedral de la Asuncion de la Bienaventurada Virgen Maria, espectacular construccion barroca colonial en reformas, y entramos en el barrio colonial centrico donde se ubica nuestro hostal.

A la manana siguiente Marika no se encuentra bien y ya no se levantara hasta tres dias mas tarde porque le ataca la fiebre de Chikungunya, un virus parecido al dengue que se transmite por medio de un mosquito infectado. Los efectos son devastadores y hasta hoy la pobrecita no puede hacer vida normal. Los primeros dias la fiebre no le bajaba de los cuarenta grados y casi deliraba. La envolvia en toallas mojadas para bajarle la fiebre y se retorcia de dolor en las articulaciones y la zona lumbar de la espalda.

Hoy ya se levanta y camina pero no dura demasiado y tiene que acostarse con frecuencia a causa de su debilidad. Ayer he conseguido que comiera algo tras varios dias sin poder probar alimento, porque la Chikingunya te ataca tambien el estomago y te usurpa el apetito. Los dolores de cabeza son demoledores y cuando le entran me parece que los sufro tambien yo.

Se me parte el alma viendola asi; tan abatida y exanime, carente de alma y propensa al sueno a todas horas. A veces se le llenan los ojos de lagrimas mientras mantiene la mirada perdida en el horizonte. No se que pensara pero se me hace un nudo en la garganta. La molesto cada hora tomandole la temperatura, recostandola para que ingiera electrolitos, intentando animarla, mintiendole piadosamente acerca del tiempo que estara asi, porque se que seran diez dias o mas, no dos, o tres, o cuatro, o una semana... y despues podria haber secuelas que duren un mes o dos... o un ano, como los dolores en el cuerpo... pero ella no lo sabe... la mantengo en una burbuja de informacion para que el camino de espinas sea mas llevadero...

Ayer me la traje a la playa para que contemple el mar cuando esta despierta y respire su brisa dormida. El mar siempre ha tenido propiedades curativas y estoy segura que aqui, en la playa de Las Penitas, en la costa del Pacifico nicaraguense, Marika Latsone volvera a ser el crack de siempre en breve.

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