jueves, 18 de septiembre de 2014

15 Agosto MENSAJE EN UNA BANANA. VADODARA, INDIA.

Vadodara es otro universo dentro de La India. Anchas calles con dos carriles por sentido,  fastuosos edificios y lujosos comercios de marcas punteras son claros signos de una mayoría de renta holgada. He dejado atrás la ciudad blanca de Bharuch, donde Madhu Jain, periodista de Indian National Television me ha dado alojamiento por una noche. Estoy aturdida y dolorida. Concentrada en mis dolores de espalda,  abandono a los Jane olvidando la alforja delantera portamapas donde llevo la documentacion, el dinero, las herramientas, el spray antivioladores y, en definitiva, toda mi vida concentrada en ocho litros de capacidad. Por el retrovisor advierto que una pareja motorizada me hace senales para que detenga mi "vehiculo". Pero si son los Jane! Perpleja clavo los frenos y me estaciono en el arcen delante de ellos. Llevan el pijama puesto y mi pannier entre las piernas. Nisiquiera me habia dado cuenta de mi olvido. Ruborizada les doy las gracias mil veces y volvemos a despedirnos con un hilo de melancolia porque hemos pasado un buen rato juntos la ultima noche. Por poco me dejo la cabeza!!!

  80 km despues estoy muy cerca de mi próximo destino,  Navrachana International School of Vadodara, un instituto de educacion secundaria donde me han invitado a dar una conferencia a las siete de la tarde, a instancias de Rotary International of Navsari ! Y son las cuatro y aun no he llegado. El calor es fulminante y me da una ligera pájara, así que elijo al azar un puesto de bananas en la calle y clavo los frenos de mi Roberta. Junto al vendedor una mujer anglosajona me observa estupefacta. Su mirada risuena cubierta de pecas me arranca un mohin. "No deberias comprar estas bananas, no estan en buenas condiciones". Mis niveles de azucar estan muy bajos y no me queda energia para lanzarme "en busca de los platanos perdidos". Pero hay algo en esa mujer que me inspira confianza y le hago caso. Cuando me dispongo a proseguir mi atolondrada marcha, se aproxima con un gesto de suplica para preguntarme por el proyecto pronunciando constantemente la coletilla "you are amazing girl". Sin pensarselo dos veces, me invita a cenar a su casa esa noche con su familia, pero declino la oferta porque, a estas alturas de la batalla, conozco las limitaciones de mi cuerpo y lo que mas ansio hoy es un buen descanso tras mi compromiso con LA IGUALDAD. Intercambiamos telefonos y me despido amablemente de mi nueva "amazing amiga." Apresuro mi marcha hacia el centro educativo sorteando las numerosas vacas que ornamentan el camino. Me detengo en el primer puesto de bananas que encuentro a instancias de Carrie y ventilo tres en un minuto. Con renovadas energias inicio la fatigosa tarea de dar con una direccion en la India, pais de calles sin nombre unas veces, sin numero postal otras, sin presencia en Google Maps casi siempre ... los taxistan no tienen ni idea ... buscate la vida ahora si y ahora tambien ... que bien me viene el potasio en este momento ...




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