miércoles, 6 de mayo de 2015

28 de Abril. Los Real de San Quintin. BAJA CALIFORNIA.

Le digo adios a Gabino Real y a unos dias en familia en San Quintin. Gabino y su mujer, Lupita, me han tratado como una reina. Me siento tan feliz en este pais de cactus, arena, aulagas, sonrisas y tequila reposado con sal y limon. Gabino regenta un comercio de articulos de segunda mano en este barrio de Ensenada, que yace en medio del desierto, entre nubes de polvo y el estruendo de miles de trailers que transitan velozmente por su calle principal. Lupita es enfermera, tambien en la 'calle principal', que todos deben llamar 'principal' porque es la unica pavimentada a cuyos pies comparten el poco espacio comercios y viviendas. Las demas calles son un entramado de polvo y piedras tan intransitable como el rutometro del Paris – Dakar. Pero a nadie parece importarle. Los mexicanos estan acostumbrados a vivir en la incomodidad y el riesgo, porque la mayoria no han conocido mejor vida.

Anoche llego Gabino de su viaje semanal a Estados Unidos para comprar mercancia usada. Dieciseis horas de automovil hasta Santa Ana, California y dos dias sin dormir no han sido un obstaculo para madrugar y acompanarme un tramo durante quince kilometros en su Mountain Bike. Aunque ya esta acostumbrado a las visitas, tras hospedar hasta la fecha a mas de 170 ciclistas de un sinfin de nacionalidades, regresa a casa con los ojos llorosos, tras regalarme un calido abrazo. Ha sido una de las veces que mas me ha costado despedirme.

La batalla contra los camiones y el calor en una de las carreteras mas angostas que he transitado hasta ahora no acaba sino de empezar. Se me hace muy duro el camino. Montanas y subidas pronunciadas aminoran mi paso mientras el calor aprieta a medida que me introduzco en el desierto. Las cuestas y el peso del equipaje no son compatibles. Cincuenta kilos de peso se convierten en el doble o el triple de peso en una pendiente pronunciada. Cuando me atasco en una pediente grande no logro subirme en la bicicleta debido al peso y debo completar el trayecto ascendente a pie, llevando romanticamente a Susan en mis brazos. Como pesa la hijap....

Ciento diez kilometros despues diviso el Rancho el Descanso, asentado amablemente en un valle.
Tengo la sensacion de haber visto un oasis en medio del desierto. La felicidad me recorre el cuerpo como la corriente electrica. Hace dos horas que no tengo agua y estoy deshidratada. Parezco idiota. Llevo mas de un ano pedaleando y no aprendo. Me he confiado y he pensado que encontraria puestos apostados a lo largo del camino; pero entre San Quintin y El Rosario no hay nada, solo montanas y desierto, al igual que en el intervalo El Rosario – Rancho El Descanso. En realidad me he confiado dos veces. Cuando reposte en El Rosario tampoco lo hice adecuadamente. Tengo que mejorar este aspecto de mi personalidad y prever mejor las cosas. No hace falta mucho tiempo de antelacion, con un par de dias de estudio del terreno es suficiente; cuando se trata del desierto hay que tomarse la vida seriamente.
Me llamo Maria Elena, se presenta la duena del rancho. Puede usted acampar alli con mucho gusto. Me senala un pequeno claro a la sombra de un cactus y una palmera, junto a una capilla. Vaya, voy a dormir junto a Jesucristo, pienso, recordando la vigilia junto a Buda en un monasterio budista en Myanmar meses atras. Eso es buenisima senal. Creo que necesito un milagro para sobrevivir en estas carreteras. Toda ayuda es poca.

Un muchacho de unos treinta anos se acerca a saludarme e insiste en ayudarme a montar el mini campamento. “Me llamo Victor. Bienvenida al Rancho El Descanso, senora”. Normalmente me gusta que me dejen montar la tienda de campana sola, pero me doy cuenta que Victor es un buen muchacho y solo quiere ser amable. Asi que me dejo llevar. “Tenemos internet, senora. Si quiere le dejo la clave” - No se si lo sabes Victor, pero me acabas de alegrar la tarde aun mas. Duermo junto a una Divinidad con y tengo Wifi: Ya sabes viajero, si tienes la oportunidad de acampar junto a una iglesia o capilla, hazlo, siempre trae buena suerte.


No hay comentarios:

Publicar un comentario