miércoles, 7 de enero de 2015

7 de Enero. "Embrujada"



Me cuesta horrores abandonar Wanaka. En una semana nos hemos convertido en una gran familia. Todos tenemos algo en comun: venimos de muy lejos y hace mucho tiempo que no vemos a los nuestros, por lo que nuestras emociones estan a flor de piel. Cuando una viaja de este modo, por largas temporadas, especialmente en solitario, se encarina hasta con los arboles. La falta de afecto es tremenda; te merma el caracter y te convierte en un nino avido de amor y atencion, una especie de peluche al que todos quieren achuchar porque la necesidad de un abrazo la llevas escrita en la frente sin darte cuenta. Tu mirada ya no es tu mirada, es la mirada de tu perro observandote fijamente a la hora de comer. Tu ya no eres tu... eres alguien a quien no quieren dejar marchar y tu tampoco te quieres ir. Las dos noches que he planeado quedarme en Wanaka se convierten en cuatro y al final en una semana, y no me quedo mas porque tengo una cita con la propietaria del Chillawhile Backpackers en Oamaru, en la Costa Este, y debo pedalear hasta alli.

El dia 26 de Diciembre recojo todas mis cosas y me despido de mis nuevos amigos desgarrada por dentro . Con Claudia contengo mis lagrimas y Conny se deshace en suspiros cuando no miro. Andrew desaparece por primera vez y Debby, que sujeta a Lake en los brazos, no se separa de mi esa manana. Me voy con el alma en un puno.

Me dirijo hacia Omarama para hacer noche en un camping y poner rumbo a Oamaru al dia siguiente. El pedaleo es durisimo. Puertos y mas puertos debido a la orografia montanosa y rachas de viento fuerte, el peor enemigo de un ciclista con equipaje. El trafico es intermitente porque estamos en Navidad pero los conductores van a demasiada velocidad y no hay arcenes siempre, por lo que el rodaje se convierte en una pequena odisea, que se salva del infierno por la increible belleza del paisaje que me rodea. Ademas, las borracheras y comilonas me han convertido en una mujer debil con el azucar por los suelos y carente de fondo. Como siga asi no voy a llegar ni a Auckland...
y aun tengo que darle la vuelta a America...

Se me acaba el agua y no puedo acceder al rio por ninguna parte porque en Nueva Zelanda casi todo el territorio es propiedad privada y esta vallado y sellado para impedir el acceso de extranos desde la carretera. Hoy hace mucho calor y me estoy deshidratando. Quiero buscar una casa y pedir agua, pero no veo una casa desde hace horas. Por fin diviso una pequena granja entre las montanas y corro desesperada en busca de agua como si estuviera en el desierto. La propiedad esta vallada y no puedo golpear la puerta, por lo que grito desde la cancela “Hellooooooo... anybody at home???” - Por el rabillo del ojo detecto una cortina que se mueve en la ventana, pero nadie acude a mi llamada. Hay un silencio sepulcral que solo se rompe por el relinchar de unos caballos que pastan en las proximidades.


Chillawhile Backpackers es una majestuosa casa victoriana en un barrio proximo al casco historico de Oamaru, coronada por un gran jardin publico que la aisla y la destaca de la urbe. Se me antoja el hostal mas original que he visto hasta ahora. Aparco a Kimberly en el parking y subo las escaleras para convertirme en un personaje de la serie de television “Embrujadas” (“Charmed”, Aaron Spelling).  

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