James me invita a un tipico desayuno americano, en un tipico restaurante de las peliculas de los noventa con filas de asientos de guagua. Los clientes tambien son tipicos americanos de "road movies": hombres desgrenados, gordos y barbudos camuflados bajo una gran gorra de beisbol y semblante muy serio, quiza por la hora temprana, no lo se ni lo quiero saber, pero tienen pinta de llevar un rifle en el coche. Apuro los gruesos y grasientos pancakes con mantequilla y sirope, y los huevos, con hambre de hiena ansiosa de aventuras.
James intenta disimular su preocupacion con un mohin cuando le digo que dormire en el desierto por dos razones: 1 - En el desierto de California no hay nada de nada durante cientos de kilometros, lo cual me obliga a dormitar junto a los coyotes y serpientes de cascabel en mi tienda de campana. 2 - California es muy cara, joder. Pero no te preocupes, James, que siempre llevo un angel de la guarda detras.
Pedaleo hacia Barstow unos 80 kilometros. Llevo dias sin pedalear y lo noto en mi forma fisica, ligeramente baja. Estreno bicicleta y alforjas delanteras. Hasta ahora todo el peso lo habia llevado atras, para evitar demasiado equipaje, pero me he dado cuenta que repartiendo el peso optimizo mi rendimiento y el de la bici, ademas de aumentar la seguridad porque el equilibrio es mayor. Ahora tengo mas espacio para la comida y el agua, algo fundamental para los proximos objetivos en America a corto plazo: los desiertos de California y de Mejico.
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