sábado, 29 de agosto de 2015

28 de Agosto. Cuchillos en la Piel. El Salvador.


Contemplo el amanecer con mi compañera de aventuras sobre la arena humeda por el rocio de la noche. El sol tiñe de cobre el cielo de Mizata que alguien ha pintado de nubes de oleo con brocha gorda. La bruma espesa de la manana flota sobre litoral dejando un halo de misterio. El mar esta ligeramente furioso a las seis de la mañana y disfrutamos de su enfado con sendos cafes en la mano. En silencio, nos abandonamos a aquel delirio de colores con aroma a marisco.


Ha sido buena idea dejarse caer de la cama tan temprano para para fusionarse con el entorno marino antes de poner rumbo hoy hacia La Libertad. Las gaviotas emprenden danzas grupales sobre las olas que se transforman en tubos antes de abrazar con vehemencia la costa. Detras de nuestros empapados cuerpos la selva trepa por las montanas en exhuberante huida hacia el cielo, dejando un rastro de ruidos de fauna enloquecida. De repente decenas de libelulas nos saludan describiendo circulos a nuestro alrededor como en un baile etnico. “Esto no es buen augurio” - le digo a la letona. “En Canarias los llamamos caballitos del diablo porque traen mala suerte” espeto.


Horas despues siento la punta de dos machetes que sutilmente penetran ligeramente en mi piel. Dos jovenes, uno oculto su rostro bajo un pañuelo, me apuntan con sendas armas haciendo ademan de clavarme y dejarme como un colador si no les entrego el telefono y el dinero. Se han aproximado en silencio, trepando por la montana mientras yo subo la cuesta a paso de tortuga intentando sobrevivir al calor infernal y a la deshidratacion. No los he oido acercarse sigilosamente como panteras acechando a su presa, mientras Marika se alejaba en una de sus escapadas para fotografiar el fascinante mundo que nos rodea.


No tienen mas de diecisiete anos y estan dispuestos a clavarme como un becerro si no atiendo a sus demandas. El cabecilla esta tan nervioso que me atrevo a decirle en tono maternal “que te calmes hombre, que al fin y al cabo no es para tanto, que te doy el dinero y ya esta, pero que te va a dar algo, pero que pena que ustedes ensucien el nombre de un pais tan hermoso.... que vamos a ver... no podriamos dejarlo aquí y ustedes me dejan en paz y yo me voy y aquí no ha pasado nada” porque es verdad que le va a dar una angina de pecho al hombre y me va a clavar mas por los nervios que por necesidad imperiosa, y que me van a dejar en bragas como se lleven mi telefono y los dolares que me quedan...


Pero el metal puntiagudo y herrumbroso me aprieta la barriga y tambien la espalda porque el otro individuo bajito, moreno y poca cosa me controla por detras y dejo de tentar a la suerte y el cabecillla de pelo rapado y rubio, que suda a chorros del ataque de ansiedad, empieza a tocarme los bolsillos del maillot en busca del movil y cuando lo descubre se apodera de el como la iguana engullendo una mosca atrapada en su lengua de rosca, y luego me dice atropelladamente que le de los auriculares tambien, venga los auriculares rapido, y yo me quedo fascinada con la miserable demanda de ratero de poca monta y pienso para que coño quieres mis auriculares de mierda si te puedes llevar la bicicleta pedazo de cretino si quieres con ese machete que mide lo mismo que tu pierna de estudiante fallido de ladron.



Se van con mis dolares y mi Samsung Galaxy Duos corriendo como dos gallinas cuesta abajo avientando los machetes al aire en señal de triunfo y gritando “corre, corre” hasta que se los traga la tierra. Me bajo de la bici y quiero correr detras de ellos pero algo me dice que no haga el idiota y entonces las piernas me empiezan a temblar y el corazon se me dispara y doblo mi cuerpo apoyandome en las rodillas para que el aire me entre en los fallidos pulmones que dejaron de funcionar minutos atrás debido a la ansiedad. Quiero gritar pero no puedo. Se me escapan las lagrimas pensando en lo cerca que he estado de parecerme a un ternero degollado vendiendose en lonchas a pie de carretera en un lugar cualquiera del este de Africa. 

jueves, 27 de agosto de 2015

26 de Agosto. En la Puta Gloria... El Salvador.


Fotografias: Marika Latsone

En este pueblo fronterizo con nombre de narcotrafiante, Cara Sucia, tengo la sensacion de encontrarme en un gran pais. Desde Mexico, no habia tenido tan buenas vibraciones sobre un lugar y su gente. En realidad, mi vida se habia vuelto ligeramente aspera en Guatemala. Tanto que temblaba ante la idea de encontrarme sola entre la gente de mis suenos. Caras sonrientes de nuevo, amabilidad y algo fundamental para ser feliz: comida servida por doquier, en un marco incomparable. Creo que El Salvador es mi pais y ademas, me siento segura, a pesar de su mala prensa. 


Perdemos altura desde la frontera y la selva se vuelve alta y espesa, evocandome algunos paisajes idilicos de Zanzibar, Tanzania, donde pedalee el ano pasado. Amplios arcenes invadidos por decenas de bicicletas pedaleadas por ninos y adultos, pero sobre todo por ninos uniformados, limpios y repeinados, como recien salidos de una pelicula norteamericana de los sesenta.


 Me dentego para cambiar la musica del movil que escucho constanemente con mis auriculares y elijo la banda sonora de la pelicula The Boat That Rocked - que me arranco mas de una carcajada hace dias - . Permito que The Beach Boys amenicen parte de un camino bucolico y leve con su Wouldn't it be Nice. Luego The Tremeloes insisten en recordarme lo que ya se: "Silence is Golden".



Es precisamente lo que hago cuando veo el mar por primera vez desde el horripilante Coatzacoalcos en el Golfo de Mexico. "Silence" para oir su rumor sobre las piedras. Ahora es el Pacifico y es hermoso. Contemplo en silencio su infinidad desde una colina cercana a Mizata. Respiro profundamente el aire humedo que huele a marisco y sal, permitiendome unas lagrimas de alegria. He aparcado a Susan Sarandon sobre un risco bajo el cual las olas se deshacen. Quiero dejarme resbalar por la roca y caer sobre las calidas aguas del Pacifico para que me atrape y me lleve con el.

 Los que nacimos en el oceano y nos criamos entre arena y sal tenemos el alma de mar. Sentimos y amamos con la pasion de la espuma de las olas y ansiamos la tranquilidad de las mares echadas previas a los temporales. Somo felices cuando la corriente nos arrastra mar adentro y dichosos dejando que nuestros cuerpos floten ingravidos en el fondo del gran azul, contemplando los cardumenes de barracudas o lisas bailando a nuestro alrededor valses acompasados.


En Mizata descansamos en un desvencijado y barato hostal para surferos, bajo la sombra de la selva y la amenaza constante de los mosquitos. Pese a lo descuidado del lugar, el entorno es privilegiado y nos abandonamos al placer del balanceo en las hamacas que cuelgan en el porche, y al irremediable pitido

de las chicharras en los oidos.





Ignoraba por completo la geografia de este pais. El trayecto ha sido facilisimo, predominando ligeros descensos. Cerca de la costa hemos disfrutado de la brisa marina, que ha refrijerado el humedo y calurosisimo ambiente y nos ha devuelto la sonrisa. Me siento feliz en esta selva junto a la playa; mi habitat natural, lo mas parecido a mi Canarias querida desde hace meses.  

miércoles, 26 de agosto de 2015

24 y 25 de Agosto. "El Salvador" nos redime...


Pensabamos que ya habiamos visto lo peor, por eso nos tomamos el lunes 24 de Agosto con la calma propia de los que pedalean solo en multitudinarios paseos organizados. Desde los cielos descendemos por comodas vias de anchos arcenes hasta Los Esclavos, para introducirnos poco a poco en la humeda y sofocante selva. Dado que es tardisimo y se nos ha echado el mediodia encima, la letona y yo sudamos a chorros y nos deshidratamos en cuestion de segundos. La humedad relativa del aire roza el 90% y nuestros sesos hierven bajo el sol matador.


Cuando pensamos que nos hemos librado de las montanas, de las cuestas pronunciadas, de las subidas calvario y de los apocalipsis sobre dos ruedas, a veinte kilometros de nuestra meta, Moyuta, nos espera una de las peores escaladas de toda Guatemala. De esas ascensiones que jamas olvidas porque te dejan huella hasta en las cejas. El calor es tan asfixiante que el oxigeno se evapora antes de llegar a tus pulmones, las ascendentes superan el veinte por ciento y tus rodillas se oxidan hasta tal punto que suenan como las uniones de una puerta herrumbrosa.



No contabamos con esto. Los mapas nos han vuelto a mentir. www.ridewithgps.com se olvido de que Guatemala existe, o el personal encargado de la batimetria de este pais estaba borracho cuando sondo el relieve para elaborar la cartografia. La fidelidad de sus mapas de relieves con la realidad ha sido minima a medida que nos hemos adentrado en las profundidades del pais mas montanoso que he visto hasta ahora. Asi pues, no hemos planificado un horario, una correcta alimentacion, una reserva idonea de energias al llegar a este punto y mi azucar cae tan en picado que estoy a punto de desmayarme en dos ocasiones. Marika, como siempre, aguanta mejor que yo cualquier tiron.


Cuando llegamos a Moyuta, casi oscurece. Mi cuerpo tiembla de la pajara que tengo y Marika me ayuda a entrar en la habitacion. No hablo, he perdido la sonrisa y estoy a punto de derrumbarme fisica y emocionalmente. Me ducho entre lagrimas y me tiendo en la cama mientras la letona prepara la cena en una cocina que hemos improvisado en el suelo. Esta preocupada por mi y respeta mi silencio. Miro hacia el techo que se nubla entre mis lagrimas. Me quedo dormida. Marika me despierta y me da de comer despues de abrazarme para consolarme. Hoy me siento muy desgraciada, es lo que tiene ser una perfeccionista. Nuestra obsesion por lo bien hecho nos hace ser durisimos con nosotros mismos. Estoy enfadada por no haber estado a la altura...y nunca mejor dicho...


Al dia siguiente Dios me contesta. La rodada a El Salvador es una de las mas faciles y placenteras de una ano y medio de ciclismo alrededor del mundo. Cuarenta quilometros practicamente cuesta abajo.


Entramos en El Salvador por La Hachadura, con la sonrisa 'Colgate', y encontramos un hotel a la altura de nuestras expectativas, con wifi, y por 14 dolares. No se puede entrar mejor en una tierra con nombre providencial, que nos vino a salvar la vida a fin de cuentas...

lunes, 24 de agosto de 2015

23 Agosto. Adios Guatemala !!

Nos da mucha pena abandonar la seguridad y el confort que nos otorgan las dependencias de Biciudad Guatemala, lugar que hemos convertido, ademas, en nuestra oficina, habida cuenta de la buena calidad del wifi y de que somos las unicas huespedes.
Las dos nos hemos puesto al dia en nuestras respectivas labores, en mi caso, blog, edicion de videos, pagina web y grabacion de entrevistas con mi GoPro para una promo audiovisual que la ONG quiere subir a su sitio oficial. Marika, por su parte, ha colaborado con espectaculares fotografias de las instalaciones del proyecto social no gubernamental, disparadas con su camara Sony Alfa 5000.

Con esta colaboracion, esta ONG, creada por un espanol y un guatemalteco, nos ha permitido dormir durante tres noches gratuitamente.
Salimos hacia El Salvador el domingo 23 de Agosto a las diez de la mañana, rumbo al sureste de la ciudad, y tomamos el interminable Boulevard Vista Hermosa hacia arriba, para deslizarnos posteriormente por la Interamerican Hwy cuesta abajo unos veinte kilometros despues.
Esta parte de la ciudad nos sorprende porque no tiene nada que ver con el lamentable espectaculo que vivimos cuando entramos desde Chimaltenango. Predominan los grandes parques y las zonas verdes, areas residenciales, viviendas modernas, edificios de factura reciente, y vistas privilegiadas de la ciudad a medida que ascendemos de los 1500 metros a los 1800 metros de las colinas que envuelven la ciudad.

La ciudad se dispersa a medida que la abandonamos y el paisaje y la carretera se me antojan antagonicos a medida que nos acercamos a El Cerinal y Barberena. Los arcenes dejan de existir y la pobreza aumenta. Las chabolas vuelven a erigirse a ambo lados de la angosta via colapsada por el incensante trafico que se desespera al pasar de dos carriles a uno en cuestion de segundos y transitar por un embudo donde la corriente vehicular se ralentiza a la fuerza.

De nuevo tenemos que aumentar la precaucion debido a los autobuses publicos con alma de carnaval que practican el ´free style´alla donde van. Miro constantemente por mi espejo retrovisor para detectarlos y hacerles señas con el brazo para que se separen de las bicis al adelantarnos. Cuando no ejecuto esta maniobra nos pasan agresivamente, rozandonos sin el minimo cuidado.
Despues de una facil y sencilla rodada, tras 63 kilometros, llegamos a Cuilapa, un pequeño municipio, cabecera del departamento de Santa Rosa, que se asienta en las heridas de frondosas montanas donde la vegetacion subtropical crece vasta y espesa.

El pueblo cuelga de escarpadas laderas, entre cultivos de platanos, naranjos, café, caña de azucar, maiz, trigo y piña de azucar. Dormimos en el Hotel Cristal, a la entrada del pueblo, con calidad precio satisfactorios, donde pagamos 50 GTQ por cabeza, con excelentes vistas sobre la ciudad, que se apaga entre misteriosas brumas al caer la noche, mientras la luna gibosa creciente al 67% es encendida por alguien que nos ama, regalandonos un escenario encantado, propio de un ´remake´ latino de Peter Jackson.

sábado, 22 de agosto de 2015

20 de Agosto. Ciudad de Guatemala !!!

Dormimos en un auto-hotel, a pie de la via principal de Chimaltenango, por solo 50 GTQ por cabeza (5,7 EUR). El mayor chollo del viaje desde Churintzio, aquella pequena aldea en la frontera de Michoacan y Guanajuato donde pase la noche por 120 pesos Mx (6,2 EUR), de camino a Mexico D.F. 

Para nuestra sorpresa, el personal es extremadamente amable en el Happy Dreams y las habitaciones estan muy limpias y presentables. Sendas camas de dos cuerpos, bajo la batuta de un plasma de 36 pulgadas, que no conectamos pero que eleva la categoria de la estancia bien iluminada y albergadora de bano privado limpio aunque algo pequeño. La ganga nos alegra el dia y la noche en aquel tuburio de caos y humos.


Nos levantamos con el optimismo y la motivacion por los cielos porque hoy pedaleamos nuestra ultima etapa hasta la capital de este inquietante pais, castigado por la pobreza extrema y la corrupcion politica. Nos tomamos nuestro tiempo porque solo nos separan 50 kilometros de Ciudad de Guatemala por la Intercontinental, la principal arteria del pais, que cuenta con acercenes pequenos pero lo suficientemente seguros para pedalear tranquilas escuchando musica, sin preocuparnos por el “free style” de los autobuses publicos.


Devoramos un “Desayuno Chapin” en la cafeteria del “hotel para 'quick' polvos” que cuenta con precios economicos: huevos revueltos o estrellados, frijoles negros, platanitos fritos, queso fresco (si hay suerte, el queso criollo esta buenisimo), longaniza y tortillas. Pedimos un capuccino extra y un smoothy de mora que nos roban el sentido por momentos. Pagamos unos 6 EUR por todo.


Satisfechas de barriga y bolsillo, iniciamos un pedaleo estresante entre el incesante trafico, arcenes en mal estado y cuesta arriba, durante la primera mitad del camino, para disfrutar de una grata cuesta abajo y asfaltados y limpios arcenes el resto del trayecto.


Ciudad de Guatemala nos sorprende, no exactamente por su belleza, sino por su desarrollo y cosmopolitismo, comparado con el resto del pais. Entramos en el extraradio y activo mi modo alerta por si acaso. Me guio mucho por la intuicion en este viaje y algo me dice que no me fie de la gente que me rodea. No me suelo equivocar.


Sinceramente, exceptuando el centro, con algunos edificios de arquitectura contemporanea y diseno peculiar, el resto de la urbe es un monton de construcciones al borde del colapso. No se merece el primer puesto en el Top Ten de las Ciudades Horripilantes de mi viaje, aunque no dudaria en colocarla en la citada lista negra.


Echamos mano de la organizaion warmshowers.org para pasar un par de noches y contactamos con el joven apuesto arquitecto catalan Ricard, uno de los fundadores de BICIUDAD (http://www.biciudad.org/), una increible ONG que promueve el uso de la bicicleta como transporte en Ciudad de Guatemala. El lugar es centrico, amplio, sin paredes que dividan y decorado con gusto, con la 'ecologia' como consigna.


Dormimos en literas construidas originalmente con partes de andamios de obras y palos de bambu. Las cuatro literas se distribuyen en fila por toda la estancia, con pocas divisiones y amplios ventanales, luminosa y coronada por altos techos. Filas de bicicletas, estacionadas ordenadamente, rellenan algunos espacios de aquel lugar parecido a un 'loft' del West Side de Nueva York.



La estancia cuenta con aseos y duchas para los huespedes, ya que la ong y centro social ciclista funciona, ademas,  como hostal para cicloturistas,  como servicio de mensajeria,  tienda de bicicletas usadas y taller mecanino comunitario gratuito. Un proyecto innovador y creativo donde te dejan pasar la primera noche gratis (colaborando un par de horas con ellos en lo que sea) y las siguientes por 50 GTQ la noche. Lo recomiendo totalmente. Ademas, Ricard es muy bello ;) )

jueves, 20 de agosto de 2015

19 Agosto. Fin del Calvario.

Para nuestra sorpresa, la carretera que une Los Rodeos y Guatemala es una maravilla comparada con las que hemos transitado. Hasta Chimaltenango la Interamerican Highway es una cesta de Navidad a estas alturas de la pelicula, servida con descensos largos y placenteros, llanuras, arcenes – pequenos pero comodos para la bicicleta – y los sobrecogedores paisajes que rodean el Lago Atitlan desde las alturas.

  Hasta que llegamos al area de Patzicia, donde el paisaje se torna en industrial, el trafico se triplica y los nubarrones negros y la niebla nos regalan una ligera llovizna. Desde Patzicia hasta Chimaltenango el entorno pierde su interes y el peligroso trafico hace que extrememos nuestra precaucion. 

No obstante, nos sentimos gratificadas por haber dado con una carretera en condiciones que no demande tanto esfuerzo, especialmente a mi debilitado cuerpo. Si estuviera fuerte, hoy podriamos haber llegado a Ciudad de Guatemala (127 kms desde Los Rodeos) , pero aun arrastro la intoxicacion alimentaria en el cuerpo, y Marika accede a hacer noche en uno de los pueblos mas antiesteticos, sucios, apestosos, sofocantes, atosigantes, y contaminados que he visto hasta ahora, Chimaltenango.

 Una urbe que se extiende hasta el infinito por la Interamerican, como las ciudades en Nueva Zelanda, pero sin prados, sin orden, limpieza, organización o algun signo de desarrollo. La ciudad podria ser cualquier ciudad del este de Africa,  tramo que recorri en cinco meses sobre mi otra bici, Roberta, el ano pasado. El trafico es denso, los autobuses publicos con motivos carnavalescos pintados,  emiten bufidos de un humo tan negro, que si tienes la mala suerte de que te escupan al lado, te dejan como una Blackberry apagada. Te pasan al lado como locos, sin respeto, haciendo un ruido infernal y dejando un rastro de balses de humos negros azabache que se entremezcla con el olor a gasoil.

 Cada vez queviene uno, lo sabes. Ruido del motor inconfundible, bocinazos cada cinco segundos y el grito del ayudante del conductor colgado en la puerta propinandote improperios. Manada de salvajes! - diria mi propio padre...

miércoles, 19 de agosto de 2015

18 Agosto. No mas celulitis...

Me levanto por la manana debil pero motivada para continuar pedaleando por aquel infierno de subidas hacia el cielo. Hoy he amanecido desde las cuatro y media de la manana con los primeros fuegos artificiales en honor a las fiestas patronales de Santa Cruz del Quiche.

Las cuatro y media dela manana de un martes y el estruendo ya es notorio. A las cinco de la manana comienza la cumbia yla bachata a sonar en la calle con tantos decibelios que retumban los cristales de la ventana. Miro el reloj dos veces por si me he equivocado. Si... efectivamente son las cinco de la manana. Compruebotambien la hora en el movil por si acaso. Demonios.... son las malditas cinco de la manana y esta gente ya esta bailando reggeton a sorbos de café.

Recogemos el “campamento para refugiados”, que es a lo que se parece el cuarto del hotel, pues las tiendas de campana y los colchones se nos habian empapado la noche anterior, acampando bajo las estrellas del altiplano, y habiamos montado lineas de tender la ropa por toda la habitacion con tiendas, calcetines, colchones y sacos de dormir, aireandose con la suave fragancia de polvora quemada y los vapores de la barbacoa de chorizo y salchicha  procedente de la calle.

En Santa Cruz del Quiche se celebran las fiestas patronales en honor a Santa Elena de la Cruz y las calles principales estan cortadas al trafico. Por ella desfilan impertinentes tuc-tucs, jinetes a caballo,hombres portando gallinas, cerdos, patos y cualquier animal susceptible de ser vendido, mujeres vendiendo coloridos bordados y otras artesanias, ninos sucios y descuidados correteando por doquier, ninos sucios de la mano de sus madres a las que les cuelgan otros bebes, ninos limpios de la mano de sus papas... la gran mayoria va embutida en la vestimenta tradicional guatemalteca, una de la mas atractivas de America Central.

Una procesion de gente cruza la via mayor portando la imagen de Santa Elena, entre la marabunta que se agolpa en las aceras para no perder detalle del culto, al son del estampido de rastras de petardos a flor de suelo, que hacen las delicias de todos los presentes excepto de nosotras, que caminanos espantadas por tanto ruido con las bicis en la mano, intentando escapar de aquel galimatias.

Conseguimos huir por una callejuela secundaria, dando esquinazo a un cerdo que bebe de un charco.  Una hora despues transitamos por una amable carretera, entre pinos, encinos y bosque subtropical que abraza la Interamericana hasta Los Encuentros.

Hemos decidido tomar esta direccion porque la carretera esta en mejor estado y el trayecto es menos duro pese al empinadisimo tramo desde Chichicastenango a Cuatro Caminos, según los habitantes del lugar, quienes tambien nos han asegurado que desde Cuatro Caminos a Ciudad de Guatemala el “autopista” tiene arcenes y a penas cuenta con cuestas. El mencionado “empinadisimo tramo” en una autentica pared que tardamos siglos en escalar con nuestras bicis cargadas hasta los topes. Estoy tan debil que casi no puedo empujar a Susan Sarandon por aquellas infernales montanas de paisajes sobrecogedores.

La pobre Marika tiene que esperarme continuamente. Los transeuntes nos observan boquiabiertos como quien descubre un fenomeno paranormal. No estan muy acostumbrados a los turistas y menos a dos mujeres subiendo por aquellos miticos cerros en bicicleta. Las sonoras carcajadas son frecuentes y a media manana es evidente que Marika y yo nos hemos convertido en el “hazmereir” de toda aquella gente pauperrima descendiente de los mayas,  que sobrevive como puede colgada en las montanas, entre pinares y campos de maiz.

El trafico es muy fluido y los pintorescos y carnavalescos autobuses publicos no nos dejan “disfrutar” del camino, si es que se puede disfrutar de algo en estas condiciones. Conducen como locos dejando tal rastro de humo negro a su paso que debemos parar continuamente para toser asfixiadas por las condiciones del trayecto, la altura a 2600 metros y el sobrenatural esfuerzo que estamos realizando.  Me recuerdan, por su aspecto y agresividad, a los autobuses hindues bailando
salsa en la autopista india, importandoles una autentica mierda la vida de los pasajeros propios o ajenos.

A las cinco y media de la tarde alcanzamos a ver desde lo alto de una montana la aldea Los Encuentros, peterteneciente al  municipio del Departamento de Solola, uno de los 338 municipios de la republica de Guatemala, y al  que pertenece el popular Lago de Atitlan. El lugar carece de encanto alguno, a excepcion de las solemnes montanas de pinares que lo rodean, y la pobreza y el subdesarrollo son la nota dominante.

Mi corazon esta a punto de estallar debido al esfuerzo y le pido a Marika que por favor busquemos un HCC (hotel centrico barato) para ir a comer a algun PACB (puesto ambulante cutre y barato) y nos vayamos de una maldita vez a descansar porque estoy a punto de entrar en coma, por el esfuerzo sobrehumano realizado, y por el horroroso espectaculo urbanistico que se extiende a nuestros pies.

martes, 18 de agosto de 2015

15 - 16 Agosto. 2015 Odisea en Guatemala...

“Guate-cuesta”

Thommas y Gabe se han ido ayer. Se llevaron un trocito de nuestro corazon con ellos. Cuando pedaleas en grupo la convivencia diaria te hace encarinarte con los miembros de tu grupo, por muy antagonicos y diferentes que seamos. El ultimo dia de pedaleo lo hemos pasado genial, pese a que el trayecto hasta Huehuetenango fuese duro.

Marika y yo disfrutamos de nuestro ultimo dia de hotel de cinco estrellas envolviendonos en las sabanas limpias e impolutas de nuestras respectivas camas de doble cuerpo, en una amplia habitacion  que compagina con gusto la elegancia del estilo clasico con el contemporaneo. Tonos marrones y muebles de madera de formas capituladas, respaldos altos y decoraciones trabajadas, propias de las alcobas clasicas, conviven en armonia con lamparas, puertas y elementos decorativos propias del estilo moderno. Una puerta corrediza de cristal comunica con un balcon que nos regala una hermosa vista del caos y la marabunta, propio de las urbes guatemaltecas, que se extiende entre las heridas de las montanas.

Queremos experimentar la sensacion de sentirnos como personas por ultima vez, rodeadas de limpieza y orden, porque ya no sabemos cuando el destino nos brindara con otra oportunidad asi. A partir de ahora dormiremos en hoteles de mil estrellas – la tiendita de campana -  o, en el mejor de los casos,  sin estrellas – moteles de poca monta - . 

Por la manana partimos hacia Quiche con pena.. No queremos abandonar el lujo tan rapido. A partir de ahora nos esperan noches a la sombra de un parque de bomberos o en moteles sin nombre. Sin mencionar los escarpados trayectos tipicos de Guatemala – que yo llamo “Guatecuesta” - que le revientan las piernas a cualquier maillot amarillo.

La salida de la ciudad es un presagio de lo que viene despues. Las ascendentes son tan pronunciadas que tengo que bajarme de la bici varias veces para empujarla a duras penas montana arriba.  Por mi cerebro pasan imagenes del inventario que llevo abordo con el fin de catalogar aquello de lo que debo deshacerme y que no es imprescindible.

Cielo santo. Pensamos que “la pared” finalizara en algun momento, en cuanto nos alejemos de la ciudad. Nada mas lejos de la realidad. Se nos pasa el dia y solo hemos recorrido unos 25 kilometros debido a tanta cuesta, montana, “pared”  y “escalera hacia el cielo”.

Estamos a 2.000 mmetros de altura y el aire no me llega a los pulmones. Tengo que descansar innumerables veces porque mis niveles de hemoglobina son bajisimos, debido a que mi organismo esta acostumbrado a las grandes cantidades de oxigeno por mi procedencia costera.  Marika esta mas fuerte que yo – nos llevamos diez anos de siferencia - y va siempre por delante. No en vano, viene a mi encuentro en muchas ocasiones para ayudarme a arrastrar a Susan hasta las nubes.

Nos sentamos en una  cafeteria colgada en una montana para comernos una hamburguesa y contemplar abrumadas desde la distancia el infierno contiguo; nuestro objetivo siguiente es una montana tan escarpada que no entiendo como se llego a pegar al suelo el alquitran el dia que hicieron la carretera. Tragamos poco a poco los trozos de carne con pan. Lentamente y en silencio. Observando desde el natural balcon sobre el rio la carretera que rodea en ascendentes pronunciadas, como una cascara de naranja recien cortada, nuestra proxima montana. Como minimo nos esperan dos kilometros de “pared” con la “casa a cuestas”. Ya tenemos el azucar por el suelo y aun no hemos hecho ni la mitad del recorrido. Seguimos en silencio, rumiando el pan, la ensalada, la cebolla, el tomate, la carne de res, la salsa picante... silencio aparente... improperios en mi interior a todo lo que me rodea. Maldita la hora que no me fui a Cacun a surfear las olas del mar del Caribe... demasiado tarde para lamentarse...

Una hora despues estamos pedaleando por la “cascara de naranja recien cortada” como dos campeonas. Pero en la primera vuelta mis piernas flaquean y tengo que desmontar a Susan para volver a arrastrarla por aquel infierno.

Nos cuesta al menos una hora y media llegar al final de aquella tarta de bodas y, cuando lo conseguimos, el terreno desciende unos metros para volver a precipitarse hacia los cielos. Las nubes de plomo avanzan bajo el sol ardiente, la tarde tambien avanza. Las unicas que no avanzamos somos nosotras.

Llegamos a la degollada entre dos montanas y decidimos pararnos en un “Abarrotes” (un mini mercado en Mexico  y Guatemala) para comprar agua y refrescos. Avergonzada, le digo a Super Marika que estoy hasta los ovarios, que me duele la espalda, que no me siento la pierna izquierda y que hoy no llegamos a Quiche ni con un motorcillo en la bicicleta. “Yo me quedo aquí, Marika, lo siento”.

Habiamos planeado llegar a Quiche hoy, pero careciamos de la informacion exhaustiva de la naturaleza del terreno en este trayecto, debido a que no figura en las apps que utilizamos para comprobar el relieve. Google Maps no muestra relieves desde Mexico y debemos hacer uso de apps complementarias. Pero estas remotas tierras no figuran ni en las website mas especializadas. Asi que a partir de ahora debemos preguntar a la vieja usanza a todo quisque antes de emprender una aventura si no queremos morir en el camino.

Preguntamos a una viejita si nos deja dormir en su terreno y nos invita a acampar en la puerta de su casa. A mi estas latitudes me da buen rollo y le sugiero a Marika que nos escondamos en algun bosque y acampemos solas, pero la letona no cree que sea buena idea, y eso que es una gran aventurera. “No hay que fiarse”, espeta. Aunque Guatemala tiene menor indice de delincuencia que Mexico, la sensacion de inseguridad es latente y acampar en medio de la nada es un riesgo innecesario. Lo que no quita que no nos muramos de ganas de dormir bajo las estrellas en estos paisajes propios de una pelicula de James Cameron.

El hijo de la viejita nos permite cocinar en su casa, aledana a la de su progenitora, y hervimos el agua para los nuddles en una cocina de lena. Mezclamos los nuddles con atun, salchichas y tomates que hemos comprado en la tienda “Abarrotes” y devoramos la improvisada comida con hambre de tiburon tigre a la caza.

La otra viejita del equipo, es decir, yo, comienza a cabecear de sueno, y a las siete de la noche esta roncando bajo su saco de dormir, justo cuando las primeras gotas de lluvia comienzan a golpear el techo de nuestras tiendas de campana  para que el cielo de desempiedre posteriormente sobre la montana durante toda la noche. El frio, la lluvia y la humedad son ingredientes idoneos para un buen descanso dentro de un buen saco de dormir.

Intoxicada

Nos despedimos por la manana de la entranable familia de las montanas guatemaltecas y ponemos rumbo al inalcanzable Quiche. Maria, la amorosa viejita,  nos ha dicho que mas adelante, no muy lejos, descansa una aldea con una plaza donde se celebra hoy una feria. Decidimos aplazar el desayuno y alcanzar el mencionado enclave rural para comer mejores bocados que nuddles y atun. Pero no tenemos en cuenta que, para esta gente,  “aqui al lado” puede significar muchas cosas menos cerca y, del lugar en cuestion, nos separan diez kilometros de cuestas bestiales sin nada en el estomago y con una sensacion corporal extrana, en mi caso, desde que ha amanecido.

Llegamos de milagro al “Everest Camp” guatemalteco y, a punto de perder el conocimiento, ordenamos unos sandwiches en una cafeteria. Marika los devora al instante pero yo me tomo un tiempo y no entiendo por que. Se supone que estabamos muertas de hambre. Pero la comida me baja con reservas por el gaznate, al tiempo que empiezo a sentirme mareada. Cuando hemos terminado, la cabeza me da vueltas y tengo unas enormes ganas de vomitar. Aguardamos un rato pero no mejoro.

Decidimos ponernos en marcha, caminando a paso ligero entre la marabunta y el ruido, para que me baje la comida. Los habitantes no son muy amables y nos sentimos como dos extraterrestres en aquel mundo extremadamente rural. Desde Huehuetenango la simpatia y hospitalidad brillan por su ausencia y, exceptuando algun que otro espontaneo en coche que se para para saludarnos, la poblacion no es muy amiga de los forasteros.

Llegamos de milagro al “Everest Camp” guatemalteco y, a punto de perder el conocimiento, ordenamos unos sandwiches en una cafeteria. Marika los devora al instante pero yo me tomo un tiempo y no entiendo por que. Se supone que estabamos muertas de hambre. Pero la comida me baja con reservas por el gaznate, al tiempo que empiezo a sentirme mareada. Cuando hemos terminado, la cabeza me da vueltas y tengo unas enormes ganas de vomitar. Aguardamos un rato pero no mejoro.

Decidimos ponernos en marcha, caminando a paso ligero entre la marabunta y el ruido, para que me baje la comida. Los habitantes no son muy amables y nos sentimos como dos extraterrestres en aquel mundo extremadamente rural. Desde Huehuetenango la simpatia y hospitalidad brillan por su ausencia y, exceptuando algun que otro espontaneo en coche que se para para saludarnos, la poblacion no es muy amiga de los forasteros.

Llegamos a la primera curva, a la salida de la aldea, y tengo que parar. Me siento fatal y estoy a punto de vomitar. La cabeza me da vueltas y no tengo fuerzas. Descanso un poco y reanudamos la marcha montadas en las bicis para probar. Me cuesta horrores pedalear. Cuando subimos una cuesta – para variar – oigo un lamento de Marika que pedalea, como siempre, por delante. Su cadena se ha partido.

La letona repara su cadena y yo me acuesto boca arriba en la cuneta de la calzada porque me siento fatal. Me debato entre el vomitar de una maldita vez, y el aguantarmelo todo, todo, todo,  lo que pueda,   porque odio el sabor de la bilis en la boca y los tropezones en la nariz. En realidad, es una de las peores cosas en esta vida. Prefiero sostener una cucaracha entre mis dedos.  La temperatura del cuerpo me sube. Marika quiere reanudar la marcha de nuevo, pero yo no puedo dar un paso mas.

Decidimos parar alguna pick-up y pedir ayuda, pero no pasa ningun vehiculo. La ausencia de trafico es uno de los rasgos mas caracteristicos de los paises muy subdesarrollados. La poblacion no puede permitirse ni un automovil. A lo sumo, una moto. Por eso se ven tantas en Guatemala.

Esperamos un buen rato y surge de la nada un transporte colectivo. Los paramos y les pedimos ayuda. El conductor y el ayudante acceden a llevarnos hasta Quiche y en un minuto han subido las dos bicicletas con los equipajes al techo de la desvencijada furgoneta. Nos apretamos al fondo entre los pasajeros y paso uno de los peores momentos de mi vida. Marika me sujeta la cabeza y yo intento no vomitarle encima a la senora del asiento delantero, quien viste el colorido traje tipico tradicional de los pueblos mayas de Guatemala. Rociar a aquella representacion de la riqueza cultural del pais de trozos de  carne y ensalada agrios y de color amarillo no entra en mis planes.

El viaje es un autentico infierno. La furgoneta da tirones y nos lanza contra los pasajeros. Tengo los ojos cerrados y me concentro en la respiracion para no vomitar. La carretera pierde el asfalto algunos kilometros y los baches nos hacen dar tantos saltos que tememos por nuestras bicicletas y alforjas, ya que desconocemos si las han amarrado adecuadamente en la parte superior del vehiculo. Por momentos, parecemos los ingredientes de un batido, introducidos en un vaso y agitados tantas veces que el producto se ha tornado en un mousse de forasteras al fino sudor del Altiplano guatemalteco.

De los paisajes de fantasia del Altiplano Occidental de Guatemala nos sumimos de nuevo en el caos, ruido y desorden de la urbe. Para mas inri, Santa Cruz del Quiche esta de fiestas patronales y la algarabia siembra todos los rincones de la capital del departamento situado en la region noroccidental del pais. Cientos de personas transitan por sus caoticas calles, la mayoria ataviados con la vestimenta tradicional, una de las mas atractivas de America Central, por su combinacion de motivos indigenas, espanoles, precolombinos y detalles religiosos y artisticos.

Algunos viandantes portan gallinas, otros cargan lena, flores, baratijas, y otros simplemente pasean con la familia entre el folklore, la bachata, la cumbia, “clasicos de siempre” como “que lindo es tu cucu”, “mami que sera lo que quiere el negro”, “se la llevo el tiburon” y los aullidos de “Mr. Worldwide II”,   Julio Iglesia Junior... que lo escuchan hasta los habitantes de las selvas mas remotas de Mozambique.

Marika me sienta en un  portal de una vivienda cualquiera, frente a la plaza principal,  donde no tardo ni un segundo en recostar mi cabeza en el quicio de la puerta, abatidisima por el tortuoso viaje,  mientras arma las dos bicis y sale en busca de un hotel. Entretanto, permanezco con un ojo abierto, como los delfines cuando duermen,  porque el lugar no me inspira mucha confianza,  y siento en la piel a los amantes del hurto en la distancia, entre la fragancia del humo de los coches, la barbacoa de chorizo y la polvora recien chamuscada de los fuegos artificiales.

Pasamos dos noches en un HCC ( hotel cutre centrico ) debido a mi intoxicacion alimentaria, sobre una algarabia sin precedentes que dura dia y noche. Voladores, cumbia, salsa, bachata, bocinas de vehiculos, ruidos estridentes de motores rectificados, gritos y la tufarada propia de unas fiestas patronales sin normativas municipales, donde todo el mundo es libre de hacer lo que le da la gana a cualquier hora, y a la que se une la campana electoral de los proximos comicios del 6 de septiembre en Guatemala.  Voladores a la una, las tres, las cuatro, las cinco de la manana, publicidad sonora proveniente de vehiculos anunciando elotes, tortillas ricas, comedores, discotecas, electrodomesticos, muebles, cochinos a buen precio.... a cualquier hora …. Hasta que mi cuerpo vence la contienda de bacterias y germenes rebeldes, mas por la desesperacion por salir pronto de aquel infierno de estruendos que por la fuerza de un sistema inmunitario fuerte, habida cuenta de la continua actividad deportiva.

sábado, 15 de agosto de 2015

12 - 13 de Agosto. Entrada Triunfal en Guatemala - GUATEMALA

La Frontera con Guatemala.


Nos cuesta separarnos de Jose y Maricruz y de sus encantadores hijos. Maricruz nos brinda con el mejor desayuno de nuestras vidas aventureras y devoramos con ansiedad de indigentes huevos con jamon, pan tostado, Nutella (cuando la descubro encima de la mesa casi me echo a llorar), mermelada, zumos de frutas, leche...mas huevos con jamon... Nuestro ultimo desayuno en Mexico es el mejor de todos y nuestros anfitriones se ganan a pulso los primeros puestos de mis secretas listas de “mejores anfitriones”, “mejores familias”, familias “tan felices que asustan”, “entusiastas del ciclismo”, “no se puede ser mas happy en la vida”...


Partimos hacia la frontera con Guatemala con el sabor amargo de la despedida. Tengo la sensacion de que ya no encontrare un pais como Mexico. Aqui me siento como una hija querida y me invade la sensacion de que a partir de ahora soy huerfana. Mi gran familia mexicana queda atrás y mi espiritu viajero se vuelve a sentir solitario y debil para flotar a merced de las olas de la incertidumbre.


Nos dirigimos a La Mesilla por Ciudad de Cuauhtemoc. Por delante, 84 kilometros, parte de ellos bosques de encino que brillan bajo un cielo azul salpicado de nubes. Los chicos son muy rapidos y aminoran su ritmo para que el grupo no se disperse demasiado. 


Atras dejamos Comitan de Dominguez para escalar las alturas durante la primera parte del trayecto, penetrando el verdor del pino y encino de Mesoamerica, que nos regala el olor de la trementina del pino, y descender por pendientes de vertigo durante la segunda parte del periplo. En esta segunda etapa, desde la Trinitaria hasta Ciudad de Cuauhtemoc, las curvas son frecuentes y cerradas y el descenso es la nota dominante. Perdemos mucha altura y el paisaje se convierte de subito en selva baja. La temperatura y la humedad aumentan drasticamente. Ha dejado de llover y el calor aprieta, asi que paramos para guardar durante el resto del dia nuestros chuvasqueros.


A las cuatro de la tarde alcanzamos la frontera con Guatemala. Los oficiales mexicanos que estan en aduanas son de trato hosco y desagradable y le hacen pagar a Marika 300 pesos por no portar el “recibo de abono el sello de la visa de entrada en el pais”. Una cuantia, 25 dolares, que la letona pago cuando entro en Mexico desde USA por Nogales, porque si no lo le sellaban el pasaporte, pero no le expidieron ningun recibo. Ahora le hacen pagar por salir del pais y de mala manera. 


Que pena que estas cosas enturbien la imagen internacional de un pais y de sus habitantes. Para nuestra sorpresa, el oficial se apodera del dinero en un santiamen y se lo mete en el bolsillo. Bueno, tampoco fue una sorpresa despues de cuatro meses viendo como actuan las autoridades de este pais, cuya gente no se merece ni a sus degenerados gobernantes, en su mayoria, ni a sus corruptas fuerzas de seguridad.



Cuatro kilometros nos separan del punto fronterizo de La Mesilla. Alli los oficiales Guatemaltecos son la mar de amables y nos hacen pagar solo 20 pesos mexicanos por sellarnos el pasaporte. La Mesilla es un horror de pueblo que cuelga entre verdes montanas coronadas por brumas. Las viviendas de bloques de cemento crudo se apelotonan a lo largo de la angosta via principal, entre puestos de baratijas de colores y una marabunta de gente, coches y tuc tucs que dificultan el paso. 


Llueve a cantaros y se forman fuertes escorrentias en la ciudad colgada en la montana que nos hunden en el lodo. Transitamos con dificultad bajo un macrame de cables que se entrelazan de edificio a edificio como lianas de la jungla e individuos ofreciendonos cambiar dinero en quetzales, polucion y mucho ruido. Encontramos un hotel BBB (bueno, bonito y barato), despues de una investigacion exhaustiva, y celebramos con hamburguesas guatemaltecas y amarillisimas papa fritas nuestro exito. Pagamos exactamente el doble de lo que hubieramos pagado en Mexico. Mal presagio.


El Angel


Decidimos salir temprano al dia siguiente y a las ocho de la manana pedaleamos hacia Huehuetenango. El paisaje es abrupto y las ascendentes predominan entre montanas que surgen en el horizonte y valles que se precipitan en el vacio. La belleza del entorno nos deja sin respiracion – tambien las cuestas de campeonato - . 



 Los bosques tropicales siembran el tortuoso camino salpicado de flores exoticas, cursos de agua, cascadas y estremecedores gritos de animales salvajes. La pauperrima poblacion se aposta en la carretera y sobrevive a base de mini plantaciones de toda indole, especialmente de café, y de la venta de articulos a los viajeros. 


A medida que penetramos en las montanas y ganamos altura los indigenas, la mayoria descendientes de los mayas, se tornan mas afables y cordiales. Hablamos con algunos pertenecientes a la comunidad linguistica “mam” que a penas hablan espanol. Los ninos son una delicia y guapisimos. Me entretengo hablando y bromeando con ellos. Algunos no hablan espanol.


La ruta se nos hace durisima. Quiza porque llevamos tres dias pedaleando cuesta arriba, quiza porque 85 kilometros en pendientes de mas del veinte por ciento le cuestan a cualquiera con cincuenta kilos de peso en las alforjas, quiza porque a casi 2.000 metros de altura le cuesta respirar hasta a los marcianos y la presion atmosferica es tan baja que hay que hacer un esfuerzo extra para introducir el aire en los pulmones.


 Ademas, los que nacimos y vivimos en la costa tenemos por naturaleza una baja cantidad de hemoglobina, debido a que nuestro organismo se ha acostumbrado a las grandes cantidades de oxigeno a nivel del mar, por lo que sufrimos sobremanera para respirar en las alturas.







Se nos hace casi de noche cuando entramos en Huehuetenango. Desde ayer alguien de la isla de Tenerife me ha contactado a traves del Facebook para invitarnos a una noche de hotel en esta ciudad. La persona en cuestion, me ha mandado los recibos de pago, ante mi completo estupor, y ha senalado que la invitacion va con cena incluida. Aun no me lo creo mucho por lo que estoy a la espectativa sobre lo que pueda ocurrir.


No en vano, los chicos han accedido a acompanarnos al hotel  para comprobar la veracidad del suceso, propio de un 'expediente X'. El plan B es acampar en los bomberos del pueblo o en alguna iglesia. El hotel Ruinas Resort es un oasis de belleza y lujo de cinco estrellas en medio de la desorganizacion y alboroto de Huehuetenango. Nos plantamos en sus fauces con la boca abierta, sin creernos aun nuestra buena suerte. Estamos completamente agotadas y solo pensamos en esa cena a la que nos han invitado en aquel palacio de glamour y ensueno. 


Compruebo en recepcion que, efectivamente, la risuena letona y una servidora, estamos invitadas de gorra en aquel establecimiento hotelero, a todo tren. Con nuestras bicicletas aparcadas en la entrada lanzamos gritos de alegria al aire y chocamos los punos como campeonas. Los chicos nos miran con recelo mientras nos despedimos con afliccion por no poder compartir estos momentos con ellos. 


Al fin y al cabo, el equipo es el equipo. Ellos se van a acampar a la iglesia mientras nosotras nos zambullimos en aquel mar de lujo y placer a la salud del 'Senor X de Tenerife', apasionado del ciclismo y seguidor incondicional de este blog, que nos ha regalado una noche pomposa despues de una de las rutas mas duras del camino. Para mas inri, “el angel de la guarda” de Canarias me contacta el mismo dia para regalarnos otra noche mas si lo deseamos. Cenamos a todo tren en el comedor del hotel como las reinas de Saba, degustando delicisios platos de pasta italiana, carne, embutidos, exquisitas frutas tropicales y tres postres para recuperarnos de los bajones de azucar del camino. Nos levantamos a duras penas de la mesa muertas de sueno y, de lo demas, no me acuerdo...

viernes, 14 de agosto de 2015

11 de Agosto. San Cristobal de las Casas, la ciudad sin corazon.- EL FIN DE MEXICO.


San Cristobal de Las Casas no tiene alma.... es una ciudad pintoresca pero carece de corazon. Una ciudad sin corazon es como un pais sin idiosincracia o un hombre sin temperamento.   Se erige como oasis europeo en medio del Altiplano Central de Chiapas. 



Los negocios, de capital extranjero, imprimen su estilo occidental a un barco en mitad del gran oceano de tribus indigenas marginadas que pueblan el estado de Chiapas. He visto muchos lugares asi en este Planeta de contrastes y coincidencias. Se alzan como lugares de peregrinacion al calor de su fama y pierden el alma. Caminar por la vida sin alma es lo mas parecido a una pelicula de zombies. 

Bares de corte norteamericano y europeo saludan al turista en cualquier calle y las autenticas taquerias, puestos de tamales o "abarrotes" brillan por su ausencia. No obstante, lo pasamos increiblemente bien en el Hostal Iguana, punto de encuentro de almas viajeras y bohemias, jovenes y no tan jovenes, libres como el viento. Alemanes, austriacos, australianos, kiwis, israelitas, espanoles... 

Alli nos encontramos con Thomas y Gabe, que me han estado siguiendo desde La Baja y nunca me hubieran alcanzado de no haber sido por mi cambio de planes. El encuentro ha sido mitico, despues de dos meses de “caceria” empedernida desde Tijuana. Alli, en casa de mi amiga Sandra Guzman, perteneciente a la red warmshowers.org, supieron de mi trayectoria. Nos reimos a carcajadas recordando lugares y conocidos en comun a golpe de vino blanco, relatando anecdotas y vivencias y dando cuenta de nuestros trucos de supervivencia particulares, cada cual mas friki. 


Decidimos cruzar la frontera juntos y aprovechar el encuentro para experimentar la sensacion de viajar en grupo. En mi caso seria la primera vez.  Para ellos, este encuentro supone una mision cumplida, un reto mas conseguido, pues me habian convertido en la motivacion necesaria para atravesar Mexico en tiempo limite. Para ellos este viaje supone una carrera de obstaculos, un juego,  muy diferente al periplo de la mayoria. No se toman demasiado tiempo para conocer los lugares, a la gente, para aprender la lengua. Son estrellas fugaces con la meta como unico objetivo.

 Tenemos visiones tan diferentes de nuestro viaje, porque mi viaje no es la meta, es el camino, e intento disfrutarlo a tope. Quiza por eso me he demorado tanto y probablemente, mi singladura se prolongara mas tiempo del que habia planeado inicialmente.

El camino te brinda sorpresas, oportunidades y obstaculos que hay que aprovechar o sortear, y eso requiere tiempo. No quiero pasar por mi vida corriendo, quiero caminar despacio para empaparme de la gente, de la sonrisa de los ninos, del olor de los encinos en la montana, de las humedas brumas del altiplano... si no... para que ando en bicicleta? Este es el autentico sentido de pedalear el mundo, el ritmo lento permite la conexion con el Universo... Somos alma y corazon, no solo un cuerpo fisico, y necesitamos alimentar esos rasgos caracteristicos del ser humano para sobrevivir, si no estamos muertos, vivimos como zombies que se devoran unos a otros. 



El viaje a Comitan de Dominguez es muy placentero pero al mismo tiempo duro debido a sus pendientes. Atravesamos bosques de encinos bajo el brillo de un dia soleado durante la primera parte del periplo. El aire es frio todo el trayecto. Por la tarder comienza a llover y la visibilidad es escasa. Llegamos a Comitan empapados pero felices.

 Una pareja de mediana edad sale a nuestro encuentro en las postrimetrias de la ciudad casi fronteriza. Nos han visto detenernos a un lado de la carretera para decidir juntos nuestro primer destino en la urbe y han querido saludarnos. Pensamos pasar la noche en las dependencias de los bomberos de la localidad, pues en este pais siempre acogen al viajero con las manos abiertas y le facilitan un lugar seguro donde levantar la tienda de campana,  pero la pareja mexicana insiste en que acampemos en su patio.

 

Jose y Maricruz , profesores de secundaria y preescolar respectivamente, nos abren su recien remodelada casa, en el centro de la ciudad, nos dan de comer y nos miman como si fueramos sus hijos. 


Se respira felicidad en esta familia, compuesta, ademas, por sus dos hijos, Pepe y Maricruz, y la simpatica Saphira, una mastina napolitana enorme y bonachona que nos saluda felizmente mientras montamos el particular campamento en una casa de ensueno, decorada con gusto y repleta de energia positiva. Nuestra ultima noche en Mexico es una de las mejores de toda la ruta por Mexico, un pais inolvidable al que siento que pertenezco, que nunca olvidare y al que pienso volver pronto.

Gracias a Mexico por acogerme como una hija todo este tiempo, por darme carino, por hacerme sentir como en casa, por comprenderme y mimarme, por ensenarme muchos valores que hemos perdido en Europa, por rescatarme de la soledad de mi viaje y brindarme el amor que necesitaba. Familia Guzman de Tijuana, a mi gran amiga Minerva Najera e hijo, familia Gabino y Lupita de San Quintin,  gran familia de Guerrero Negro, de San Ignacio (Ottom Lira), de Loreto (Janet y Bruce), mis amigas Tuly, Gaby y Marcela de La Paz, el capitan Rodrigo Parra que me llevo sana y salva al otro lado del Mar de Cortez, a los Osuna de Mazatlan, a mi queridisimo Alex de Tepic (enhorabuena por recuperar tu bici), a los Galiana de Mexico D.F., a los chicos del Hostal Iguana en San Cristobal de las Casas y a Jose y Maricruz de Comitan de Dominguez. Todos me adoptaron me llenaron el vacio del desamparo en solitario, tan necesario para encontrar el autentico camino...